Alertan de riesgo de cirrosis por obesidad

CIUDAD DE MÉXICO.-Aunque la cirrosis hepática es una enfermedad que principalmente puede surgir debido al virus de la hepatitis C o por el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, en México están aumentando los casos a consecuencia de tener el hígado graso, resultado del sobrepeso y la obesidad.

En entrevista con Excélsior, Belinda Martínez, hepatóloga del Hospital General del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza, del IMSS, explicó que aun cuando no existe una contabilización detallada de todos los casos, la esteatohepatitis no alcohólica o hígado graso está afectando a un mayor número de mexicanos.

“Va en aumento, porque nuestro país tiene un alto y creciente índice de obesidad y sobrepeso. Y, por tanto, el hígado graso se está presentando con mayor frecuencia en este tipo de pacientes.

“En personas diabéticas, que tienen hipertensión, aumento del colesterol, aumento de los triglicéridos, lo que hoy denominamos síndrome metabólico”, detalló la especialista.

De acuerdo con el Informe sobre la Salud de los Mexicanos 2015, publicado por la Secretaría de Salud (Ssa), sólo en 2013, 23 mil personas murieron por cirrosis, en su mayoría hombres.

ESTÁ ENTRE LAS PRINCIPALES 10 CAUSAS DE MUERTE

Dicho estudio especifica que, a pesar de mostrar un patrón descendente, en los últimos 20 años la cirrosis se mantiene dentro de las diez principales causas de muerte, tanto en hombres como en mujeres.

Pues al hablar de cirrosis, la única alternativa antes de perder la vida es el trasplante.

Es el caso de éxito de Óscar Santillán Romero, quien luego de padecer cirrosis a consecuencia del virus de la hepatitis C —que se le detectó hace casi tres años— pudo ser trasplantado con un nuevo hígado en el Hospital General del La Raza.

A casi mes y medio de su cirugía, el paciente, de 41 años, relata que tendrá que estar 140 días en completo aislamiento, en una habitación dentro de su casa para evitar riesgos de contagios o complicaciones, y tendrá que pasar un año para que se logre su completa recuperación.

“Soy muy afortunado, le doy gracias a Dios, pero si mi caso puede ayudar a alguien, yo les diría que se cuiden, que vayan al médico antes de tener una enfermedad que te lleve como a mí, al borde la muerte… aunque no te sientas mal o si crees que tienes algún factor de riesgo te debes hacer estudios.

“Yo simplemente no tenía síntomas y acabé perdiendo mi hígado”, explica Santillán Romero, quien ahora presenta un estado de salud estable, con monitoreo médico y dieta rigurosa.

Al respecto, Belinda Martínez, quien realizó el transplante, señala que en el caso de su paciente Óscar, la enfermedad fue asintomática, por lo que la mayoría de las veces se detecta cuando ya está avanzada.

PREVENCIÓN

Pero aclaró que en lo que respecta a la hepatitis inducida por el alcohol y la relacionada con el hígado graso hay una amplia expectativa de prevención.

“En el caso de la ingesta excesiva de alcohol, lo primero que tiene que hacer el paciente es dejar de tomar y atenderse para evitar llegar a una cirrosis.

“En el caso del hígado graso, como tampoco presenta síntomas, lo que debemos revisar son los factores de riesgo y acudir al médico.

“Debemos revisar si tenemos sobrepeso, obesidad o cualquier enfermedad relacionada con el síndrome metabólico, hacernos estudios en forma preventiva, cambiar nuestro estilo de vida con buena alimentación y ejercicio para evitar tener el hígado graso”, puntualizó la hepatóloga del IMSS.