Ataques de insurgentes en Pakistán dejan 15 muertos

Al menos 15 personas, entre ellas cinco soldados, murieron en varios ataques de insurgentes contra puestos de control en el noroeste de Pakistán, cerca de su frontera con Afganistán, informó hoy una fuente militar.

«La noche pasada terroristas del otro lado de la frontera trataron de atacar tres puestos de control en la Agencia Mohmand», indicó en un comunicado el director general de la oficina de relaciones públicas del Ejército (ISPR, en inglés), Asif Ghafoor.

«En el intercambio de disparos», cinco soldados y «unos 10» terroristas murieron, afirmó Ghafoor.

El jefe del Ejército paquistaní, el general Javed Bajwa, remarcó tras el incidente la necesidad de reforzar la seguridad en la frontera afgano-paquistaní.

«El terrorismo es una amenaza común y debemos negar la libertad de movimientos y acción a lo largo de la frontera», señaló el militar.

El Gobierno paquistaní decidió cerrar la frontera entre los dos países el día 16 del pasado febrero tras un ataque suicida contra un templo sufí que causó 88 muertos en el sur de su país, al tiempo de acusar a Afganistán de tener en su territorio grupos insurgentes que atentan contra Pakistán.

Afganistán ha pedido en vano la reapertura de los pasos fronterizos, cuyo cierre está causando pérdidas millonarias a los empresarios afganos especialmente en las zonas limítrofes, además de haber dejado aisladas a personas a las que sorprendió el cierre a uno y otro lado de la línea divisoria.

Pakistán sufrió una cadena de ataques terroristas en la segunda quincena de febrero que llevó a las fuerzas armadas a intensificar las operaciones antiterroristas con el operativo Radd-ul-Fasaad («eliminación de la discordia»), que ha dejado cientos de supuestos insurgentes muertos y detenidos.

El repunte de la violencia se produce tras una gran disminución de las acciones desde que a principios de 2014 las autoridades lanzaran una operación militar en las zonas tribales que continúa en la actualidad y que había devuelto al país cierto optimismo tras una década de atentados continuos.