Se miden en la cancha migrantes, donadores y Patrulla Fronteriza

CIUDAD DE MÉXICO.-A pocos metros del río Bravo, que divide a México y Estados Unidos, se ubica una cancha de concreto, que a ratos se convierte en el único pasatiempo de quienes llevan horas o días de espera.

Sin pensarlo mucho, de inmediato se armó la “reta” entre jóvenes migrantes que se encuentran albergados en espera de poder regresar a su lugar de origen, contra un grupo de estudiantes de secundaria que acudieron a llevarles un donativo.

Miles de historias se escriben ahí, como la de Juan Martínez Reyes, de 19 años de edad, originario de Oaxaca, quien fue repatriado a través de esta frontera por autoridades migratorias estadunidenses hace unos días, por lo que dice no hay mucho que hacer, salvo esperar a que sus familiares le envíen algo de dinero para poder retornar a su estado natal.

Juanito, como le dicen sus amigos, recién había cruzado la frontera cuando fue sorprendido por personal de migración y de inmediato lo repatriaron.

Su intención era llegar a Atlanta, en donde tiene familiares y amistades trabajando, por lo que prácticamente ya tenía asegurado un puesto laboral.

Mis familiares me animaron a que cruzara antes de que las cosas se pongan más feas, ahorita todavía no se construye ningún muro y podemos seguir intentando, pero tuve la mala suerte de que apenas había cruzado del otro lado y los policías me vieron e inmediatamente me pararon y me hicieron muchas preguntas, además de pedirme papeles y pues no traigo nada y en ese momento me regresaron”, explicó.

Por un momento, a la llegada de los estudiantes, Juanito y otros migrantes se olvidaron de los problemas que hoy los aquejan.

En más de una ocasión, el balón rebasó la barda que protege la instalación altruista y la pelota fue a parar al caudal, por lo que se requirió del apoyo de los agentes de la Patrulla Fronteriza, quienes vigilan de manera permanente dichas aguas.

Bolita, bolita por favor”, sin importar el idioma, los agentes entendieron y accedieron a apoyar a los jóvenes, acelerando la lancha en la que realizan operativos de vigilancia para que las olas que se forman pudieran acercar el balón.

El marcador final 2-1a favor de los migrantes, quienes con una amplia sonrisa manifiestan su alegría de haber vencido al equipo rival, estudiantes citadinos que llegaron a donar víveres y algo de ropa.