Descubren nuevo dinosaurio en Coahuila

Hace 72 millones de años, el territorio donde se encuentra Coahuila era muy diferente.
En vez de desiertos, había pantanos. El agua dulce, de ríos y lagunas, se juntaba con
la del mar en diferentes puntos; y la humedad del ambiente permitía el crecimiento de exuberante vegetación, donde probablemente un hadrosaurio era acechado por un cocodrilo gigante.
Justo en este escenario vivía el recientemente descubierto y nombrado Yehuecauhceratops mudei. Este dinosaurio ceratópsido, una familia popularmente reconocida por poseer cuernos en la cara, se convirtió en la cereza que coronó diez años de investigación de un grupo de científicos liderados por especialistas del Museo del Desierto en Coahuila (Mude). La aventura inició en 2007 cuando el INAH le dio luz verde al proyecto “Dinosaurios de la región desierto de Coahuila”, una iniciativa del mencionado museo para encontrar fósiles de dinosaurios en diferentes sitios al norte de la entidad. El Maestro en Ciencias, Héctor Rivera Sylva, jefe del Departamento de Paleología del Mude, señala que en nuestro país han existido varios hallazgos importantes de dinosaurios, pero son muy esporádicos.
“Son encuentros muy raros, no hay una fauna de este tipo tan amplia en comparación a la de otros lugares como Canadá y EU, que tienen una gran lista de dinosaurios de diversos periodos, no sólo del cretásico. Nosotros solamente contamos con un puñado de dinosaurios nombrados para México”, señala.
Los primeros restos de dinosaurios de los que se tienen registro en nuestro territorio fueron los de un Troodon “diente hiriente”, recolectados en 1856.
Este omnívoro pequeño, tenía similitud morfológica a los grandes raptores y fue uno de los primeros dinosaurios en conocerse en todo el continente. Sus retos fueron encontrados en Coahuila y Baja California Norte.
Más de un siglo después de este encuentro, sólo se han registrado una decena de
hallazgos, como el Tototlmimus packardensis, un dinosaurio de cuello largo y pico sin dientes.
Este ejemplar, recientemente descrito, fue localizado en la Cuenca
Cabullona, en Sonora. Además de varios hallazgos previos, principalmente realizados al norte del país, sobresale uno en Michoacán, localizado a principios de este siglo. Se trata del Huehuecanahutlus tiquichensis un dinosaurio herbívoro de mandíbulas afiladas.
Para el biólogo José Rubén Gúzman Gutiérrez, paleontólogo de vertebrados y colaborador del Mude, el bajo registro de dinosaurios en nuestro país tiene que ver con varias situaciones.
Una de ellas es que durante la era mesozoica, periodo en el que
habitaron los dinosaurios, nuestro territorio se encontraba bajo el mar. “La parte
terrestre del continente era una franja muy pequeña, las rocas que afloraron se
encontraban básicamente al norte de la República en lo que hoy es Baja California,
Sonora, Chihuahua y Coahuila”.
El experto señala que por esto la investigación paleontológica de dinosaurios se ha
concentrado en estos sitios, además, otra situación que ha limitado su estudio es que
sus restos se encuentran ocultos en lugares muy inaccesibles, zonas desérticas que
dificultan el trabajo paleontológico. “Otra razón es que también hay muy pocos
paleontólogos en México. Tenemos esa desventaja, pues hay muy pocas instituciones
que se dedican a la paleontología en general; y aún son menos en el área específica
de dinosaurios. Por esto es que también los registros son menores en comparación de
EU, Canadá, incluso Argentina”.