Tranquilizantes naturales

Cualquier persona puede sufrir alteraciones nerviosas, pues son inducidas por el actual ritmo acelerado de vida, o bien, por tensión en casa, escuela o trabajo. Algunos de los trastornos nerviosos que con mayor frecuencia se presentan son:
Angustia. Estado emocional caracterizado por temor e incapacidad para manejar ciertas situaciones que pueden aparecer en cualquier momento. Puede manifestarse mediante episodios de miedo e intranquilidad o ataques de pánico (terror irracional y abrumador).
Ansiedad. Se caracteriza por nerviosismo, irritación o pánico; normalmente se presenta como una reacción instintiva del organismo frente a una amenaza, pero cuando esta situación pasa y la alarma se instaura en la persona se le considera patológica o enfermiza.
Estrés. Sentimiento de tensión física o emocional que puede provocar una enfermedad física. Las causas son diferentes para cada persona, pero puede aparecer ante situaciones o pensamientos que causan frustración, enojo o nerviosismo.
Inquietud. Estado emocional de incomodidad, caracterizado por impaciencia, nerviosismo y ansiedad. Es una respuesta ante preocupaciones, como problemas de salud o monetarios, y frente a situaciones de riesgo de la seguridad persona.
Insomnio. Trastorno en el que hay problemas para quedarse dormido o conservar el sueño, como resultado se descansa poco o con mala calidad. Pueden ser consecuencia de trastornos psicológicos en los que se presenta agitación o excitación.
Nerviosismo. Alteración en el sistema nervioso que se manifiesta con inquietud, intranquilidad e irritabilidad. Regularmente, es una reacción del organismo hacia situaciones que generan preocupación, miedo o impaciencia.
Estos problemas pueden puede dar lugar a problemas digestivos, carácter irritable, tensión muscular o migraña, entre otros. Por lo que es recomendable recurrir a un psicólogo o psiquiatra cuando se presentan alteraciones nerviosas.
Tranquilizantes naturales, ¿cuáles son?
Los relajantes naturales actúan sobre el sistema límbico (que dirige emociones y comportamiento) en el cerebro. Son efectivos en el alivio de los trastornos nerviosos y poseen pocos efectos adversos. Se les encuentra en forma de tés o infusiones (proceso de extraer los principios de hierbas al sumergirlas en agua caliente o hervirlas), gotas y pastillas.
Algunos de sus componentes más comunes son: Valeriana (Valeriana officinalis). Estas hierbas para la ansiedad son originarias del norte de Europa y Asia. Ensayos clínicos han comprobado sus efectos sedantes, que alivian insomnio, angustia, estrés e irritabilidad. Se recomienda para el tratamiento de trastornos del sueño, ya que mejora la calidad del descanso y actúa sobre el tiempo de inactividad.
Pasiflora (Passiflora incarnata). Planta de origen americano que usaron los aztecas por sus propiedades sedantes. También es conocida como flor de la pasión o pasionaria. Contiene flavonoides y alcaloides, sustancias que actúan como tranquilizantes para los nervios. Son eficaces en casos de insomnio y ansiedad.
Manzanilla (Matricaria recutita). Originaria del sureste de Europa, es utilizada para tratar un amplio conjunto de dolencias. Tiene efectos calmantes y ayuda a recuperarse del estrés. Contiene bisabodol, sustancia con propiedades antiinflamatorias.
Hojas de naranjo. Procedente del sudeste asiático, posee efectos ansiolíticos y sedantes. Diversos estudios señalan que estimula el sueño y actúa como calmante contra la excitación nerviosa.
Tila (Tilia europaea). Árbol originario de Europa, del cual se utilizan sus flores. Posee una acción sedante sobre el sistema nervioso y está indicada para angustia, ansiedad y excitación, así como para manifestaciones somáticas (padecimientos físicos que tienen como causa la tensión nerviosa, principalmente digestiva y respiratoria).
Vitaminas tranquilizantes para los nervios
Los problemas nerviosos también pueden ayudarse de las vitaminas, incluso, pueden aparecer por la deficiencia de éstas. Una de los más destacados es el complejo B, que cuenta con efectos benéficos en el control de depresión, irritabilidad, agotamiento, pérdida de memoria y concentración. Los siguientes compuestos solubles también sirven como tranquilizantes:
Vitamina B1. También llamada tiamina, se encuentra en levadura de cerveza, germen de trigo, carne de cerdo, hígado, riñones, pescado, pan integral y lácteos.
Vitamina B2. Se le conoce como riboflavina, y está contenida en levadura, hígado, queso, huevo, yogurt, leche, carne, pescado, cereales, pan integral, avena y vegetales de hoja verde.
Vitamina B3. Es denominada niacina, ácido nicotínico o niacinamida, y está presente en carne magra (sin grasa), pescado, levadura de cerveza, salvado de trigo, cacahuates, germen y harina integral de trigo, melocotón, durazno, maíz, pimiento rojo, vegetales de hoja verde, melón, mango, leche, queso y huevo.
Vitamina B5. Es más conocida como ácido pantoténico, los alimentos que la contienen son: carnes (en especial hígado), vegetales de hoja verde y frutas frescas y secas.
Vitamina B6. Se le denomina piridoxina y está contenida en hígado, pollo, bacalao, salmón, queso, avena, huevo, aguacate y papa.
Vitamina B8. Se le conoce como biotina o vitamina H, y se encuentra en hígado, nueces, crema de cacahuate, yema de huevo y coliflor.
Vitamina B9. Es más conocida como ácido fólico, y está presente en vegetales de hoja verde, champiñones, hígado, naranja, nueces, yema de huevo y cereales fortificados.
Vitamina B12. Conocida como cobalamina, está presente en carne, pollo, pescado, huevo y productos lácteos.
Estas vitaminas también pueden encontrarse en suplementos alimenticios o productos fortificados. El uso de estos compuestos y tranquilizantes naturales debe ser consultado con un médico, puesto que pueden existir contraindicaciones. De igual forma, si los trastornos nerviosos persisten es necesario acudir al psicólogo o psiquiatra para un tratamiento específico.