Académico de la UNAM gana premio por estudio embriológico del pollo

Por su estudio sobre la evolución embriológica de los ojos del pollo doméstico, el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ciriaco Tista Olmos, ganó el “III Premio Laboratorios Ovejero”, que otorga la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España (RACVE).

El galardón reconoce el desarrollo, formación y aplicación de investigaciones en esta área, y es patrocinado por laboratorios internacionales y empresas relacionadas con el sector de las ciencias veterinarias.

Durante una ceremonia, donde presentaron a los ganadores, el académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) recibió un diploma y un estímulo económico por su investigación “Aspectos relevantes de la evolución embriológica en ojos del pollo doméstico (Gallus gallus)”.

Tista Olmos expuso que la oftalmología comparada está un poco olvidada, situación compleja porque 97 por ciento de los animales, desde insectos hasta víboras poseen ojos para subsistir.

Explicó que su trabajo estudia la evolución embriológica del ojo, aunque reconoció que es difícil saber ese proceso en algunos animales como el elefante por las diferentes etapas de desarrollo del embrión, pero en el pollo es más rápido porque sólo trascurren 21 días en el huevo.

Hay animales que ven de día y de noche, o los que únicamente lo hacen en la oscuridad, como los búhos, tecolotes y zarigüeyas; la fauna de visión nocturna alcanza de un 15 a 20 por ciento del total”, apuntó en un comunicado difundido por la máxima casa de estudios.

Destacó que los de visión diurna tienen ojos adaptados para cualquier hora del día, y de acuerdo con eso es el desarrollo de este órgano.

Su posición en el cráneo también es importante, pues los hay de frente, como los de los humanos y de los grandes depredadores (leones, tigres y pumas), cuyos ojos además son de gran tamaño debido a sus necesidades de caza: las órbitas ocupan hasta el 33 por ciento de sus cráneos.

Algunos otros los tienen de forma lateral, como los caballos, porque son redados, no cazadores. También hay los que no ven (tres por ciento), que viven en cavernas toda la vida y no tienen acceso a la luz, pero han desarrollado otros sentidos”, comentó.

La visión la dan las células receptoras, que son los conos y los bastones; “algunos animales ven colores que nosotros no, o al revés, pero en todo caso el ojo no es el que realmente ve, sino cerebro; el ojo es sólo la cámara que retrata la vida”.