El hallazgo de la Coyolxauhqui y el surgimiento del Templo Mayor

CIUDAD DE MÉXICO. –Coyolxauhqui, la adornada de cascabeles, la diosa de la luna y regente de los centzon huitznáhuac -sus hermanos que reinaban sobre las estrellas-, desmembrada por su hermano Huitzilopochtli y una de las figuras más importantes de la cosmogonía mexica.

De acuerdo al mito mexica, Coyolxauhqui guio a sus hermanos hasta Coatepec, donde su madre, Coatlicue -la diosa madre- se encontraba embarazada de un padre desconocido. Coyolxauhqui y sus hermanos pretendían asesinar a la diosa, sin embargo, en ese momento Coatlicue dio a luz a Huitzilopochtli quien nació vestido de guerrero, decapitó a su hermana y lanzó su cabeza al cielo(convirtiéndose en la luna), mientras que su cuerpo fue arrojado por la montaña, por lo que fue desmembrado.

Esta imagen de un cuerpo desmembrado fue el monolito que el 21 febrero de 1978 encontraron trabajadores de la CFE, lo que daría pie a uno de los descubrimientos más importantes en la historia de México. Gracias a este relieve se reveló la ubicación del edificio dedicado a Huitzilopochtli en la antigua Tenochtitlán, lo que hoy conocemos como el Templo Mayor, uno de los asentamientos mexicas más importantes en nuestro país.

Este hallazgo permitió a los arqueólogos encontrar más restos del Templo de los mexicas, que fue destruido por los españoles y cuyos restos permanecieron ocultos sobre las construcciones coloniales.

El 12 de octubre de 1987, nueve años después del descubrimiento de la Coyolxauhqui, el Museo del Templo Mayor abrió sus puertas, donde desde entonces se exhiben las piezas encontradas y los restos de construcciones de la gran Tenochtitlán.

El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma trató de separar dos conceptos que reflejan la ideología mexicana, el Templo Mayor estaba dividido en dos: la capilla dedicada a Tláloc, dios de la lluvia, y la dedicada a Huitzilopochtli, dios de la guerra”, comentó la directora del recinto, Patricia Ledesma Bouchan.

Al reproducir esta idea dual, explicó que la mitad del museo se ha dedicado a los temas de guerra, muerte y sacrificio, mientras que la otra parte a los de la lluvia, vegetación y alimentación; de manera que se integra por ocho salas: Antecedentes arqueológicos, Ritual y sacrificio, Tributo y comercio, Huitzilopochtli, Tláloc, Flora y fauna, Agricultura y Arqueología histórica.

La arqueóloga agregó que en la planta baja del recinto se ubican las salas dedicadas a la base social que corresponden al tributo, la alimentación y la agricultura, y en la parte alta se sitúan las referentes a la política y la religión.

El proyecto del Templo Mayor lleva casi 40 años, en ese tiempo se ha excavado y a partir de lo que se ha encontrado se han desarrollado múltiples tesis, libros, reportajes y conferencias que nos permitieron identificar el corazón de México Tenochtitlán”, comentó Ledesma Bouchan.

Además se rescataron otras construcciones relevantes, hacia el norte tres adoratorios de menor tamaño, entre estos un Altar Tzompantli y uno de dos templos rojos dedicados al dios Xochipilli, así como la Casa de las Águilas de mayores proporciones.

“El Templo Mayor se amplió siete veces, hemos encontrado más de 140 ofrendas depositadas por los mexicas, de la séptima etapa de ampliación no tenemos prácticamente nada ya que Hernán Cortés conquistó la ciudad y desapareció el Templo Mayor, lo que se tiene es a partir de la sexta”, detalló.

Además de estas edificaciones desde noviembre de 2016 se pueden observar los vestigios del Gran Basamento a través de dos ventanas arqueológicas ubicadas en la calle República de Argentina, y se considera uno de los edificios más importantes de lo que fue el centro ceremonial tenochca, cuyo estado de conservación es único.

Este Gran Basamento presenta evidencias de por lo menos cinco etapas constructivas que comprenden el periodo entre 1440 y 1521 d.C. Por ahora se desconoce la función original de esta construcción o si estuvo dedicada a alguna deidad.

Las ventanas arqueológicas tienen como propósito mostrar que Tenochtitlan fue una enorme ciudad que no sólo incluyó al Templo Mayor, sino 78 grandes edificaciones, que gracias al trabajo tanto del Proyecto Templo Mayor como del Programa de Arqueología Urbana, se están recuperando.