Este domingo 15 de enero en Plaza de Fundadores a las 11 de la mañana, arrancan en San Luis Potosí y en todas las plazas del país las jornadas de lucha para revertir el aumento a la gasolina y lograr un salario digno al trabajador, informó el presidente del PRD, José Luis Fernández Martínez.
«Si bien empezamos ya en días previos con algunas tareas de comunicación y volanteos en la vía pública, mañana se dará el inicio formal a una gran campaña, con un evento masivo que estamos preparando, dento del cual llevaremos a cabo algunos actos para visibilizar por la vía pacífica nuestras demandas», agregó,
Indicó también que el PRD «es el único partido que tiene la capacidad, la ideología y el propósito firme de encauzar el malestar de la gente en propuestas concretas que echen abajo el gasolinazo por medios políticos y legislativos, y para alejar el fantasma de la violencia que suele surgir en momentos como este».
«Somos un partido responsable, congruente, y en San Luis Potosí no le vamos a sacar la vuelta a nuestros compromisos, y asumiremos esta lucha a plenitud, no solo en la calle y en los medios de comunicación, sino con tareas y propuestas concretas en donde somos gobierno, como ya demostraron los Ayuntamientos de Soledad y de la capital», argumentó.
Detalló que al evento de mañana están convocados los militantes de todo el estado, «aunque por la premura del tiempo muchos no podrán venir, existe el compromiso con ellos para que en los días posteriores repliquen en sus municipios esta campaña».
Asimismo, confirmó también la asistencia de representantes del partido, funcionarios públicos de extracción perredista, y diputados.
«Estamos conscientes de que esta es una lucha ciudadana en la que no estamos solos, y donde coincidimos con muchas organizaciones sin partido que ya se han pronunciado y lo seguirán haciendo; a esas organizaciones les manifestamos nuestro respeto», expresó.
Pero subrayó enseguida, «sin embargo nuestra demanda no es solo para echar abajo el aumento a los combustibles, creemos que esto debe ir aparejado con un aumento al salario mínimo para que a las familias se les garantice no nada más la canasta básica, sino también la cobertura de sus necesidades más elementales de salud, vivienda, y educación».