Trump y las redes sociales

Un artículo de Danielle Paquette titulado “La verdadera razón por la que Ford abandonó su planta en México tiene poco que ver con Trump” (“The real reason Ford abandoned its plant in Mexico has little to do with Trump”) publicado por The Washington Post, el miércoles 3 de enero de 2017, echa por tierra el argumento político que el Presidente electo de la Unión Americana puso en Twitter como motivo del retiro de Ford de México. Allí la autora explica, con base en las declaraciones de Mark Fields, Director Ejecutivo de esa compañía automotriz, que decidió expandir su planta en Flat Rock, Michigan, y detener la inversión de 1,600 millones de dólares en San Luis Potosí, por una razón tecnológica: “la era de los coches eléctricos está despuntando y nosotros en Ford estamos planeando ser líderes en este futuro tan emocionante.” Fields fue claro en cuanto a las razones por las cuales Ford cambió de parecer respecto a la inversión que iba a hacer en México: “El motivo por el cual no construiremos la nueva planta; la razón fundamental, es que la demanda de autos pequeños ha ido a la baja.” La planta en Hermosillo que produce los Focus seguirá trabajando.
El objetivo es invertir 700 millones de dólares tanto en la planta de Dearborn (con alto desarrollo tecnológico) como en la gran planta ensambladora que Ford tiene en Flat Rock. Hay una distancia de 32 kilómetros entre una y otra. Esta decisión creará 700 empleos en Michigan. En el artículo de Danielle Paquette aparecen varias entrevistas con personajes ligados a la industria automotriz. Uno de ellos es Brett Smith, quien trabaja en el Centro de Investigación Automotriz. Smith comenta sobre la decisión de Ford de fortalecer sus plantas en Michigan y no ir a México:
“Tener a la nueva tecnología cerca de los ingenieros es una cosa importante por lo menos en lo que respecta a la nueva generación. Eso les da mucho mayor capacidad para monitorear el sistema.” Ante la necesidad de actualizar todo el proceso de producción e ir cambiando los diferentes componentes del engranaje, es preciso mantener contacto directo.
Mark Muro, del Instituto Brookings dijo, confirmando las razones técnicas de la decisión de Ford: es más fácil encontrar en Estados Unidos fuerza de trabajo calificada que en México. Y añadió: “La plataforma mexicana esencialmente ofrece un costo bajo, es una buena fuerza de trabajo; pero no es un lugar donde haya mucha innovación o el desarrollo de nuevos productos.”
Como se sabe, uno de los temas de la campaña de Donald Trump, fue la protección del trabajo ya existente y, sobre todo, la creación de más fuentes de empleo. Se lanzó contra el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) porque, supuestamente, ese acuerdo ha quitado trabajo a los norteamericanos. Criticó a Ford, General Motors y Carrier, también a Toyota, por trasladar sus empresas a la frontera sur.
El artículo de Paquette tiene otra explicación: “Un estudio del Centro de Investigaciones sobre Economía y Negocios de la Ball State University, una escuela sobre las manufacturas, narra una historia diferente. Michael Hicks, profesor de economía, encontró que el avance tecnológico provoca que haya menos empleos. Eso es debido a que la automatización hace que las fábricas produzcan más bienes empleando menos personas.” Y eso sucede desde los albores de la Revolución Industrial cosa que no parece entender o no quiere entender el Presidente electo de Estados Unidos.
Aun conociendo la verdadera razón del cambio de parecer de Ford era obvio que Trump no iba a desaprovechar la oportunidad para llevar agua a su molino y presentar tal decisión como un triunfo de su causa. Por ello mando el mensaje en las redes sociales según el cual Ford se había alineado a su política de protección del empleo.
El asunto se dio por cierto en nuestro país, y allí tiene usted que el peso rompió record al llegar a cotizarse a 21.40 por dólar.
Por eso es fundamental que, frente a este tipo de estrategias de comunicación, podamos contar con información verídica como la que proporciona Danielle Paquette.
Y es que en Estados Unidos ha cundido la “Teoría de la Conspiración”. El mismo The Washington Post ha dado cuenta de este fenómeno en diversas notas, comentarios y despachos periodísticos. Uno de ellos fue el del “Pizzagate”: en las redes sociales se esparció el rumor de que en el establecimiento Comet Ping Pong en Washington D.C., Hillary Clinton y su jefe de campaña, John Podesta, abusaban y traficaban con niños. Como dice el editorial de ese periódico (6/12/16): “Lo absurdo puede producir efectos reales, alimentar la ignominia.” Un hombre, Edgar Maddison Welch, de Carolina del Norte se creyó la historia, entró armado al lugar y disparó por lo menos una vez. (4/12/16) Cuando fue detenido le dijo a la policía que quería investigar por su propia cuenta.
En el asunto estuvo involucrado Michael G. Flynn, hijo de Michael T. Flynn, asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump. Los Flynn son afectos a la teoría del complot.