‘Mexicanglish’, una divertida forma de explicar nuestro léxico

CIUDAD DE MÉXICO.-El primer cronista de Nezahualcóyotl, Estado de México, Emiliano Pérez Cruz, bautizó a la megalópolis como NezaYork, haciendo alusión y mezclando las palabras Nueva York y ciudad Neza. Esto fue hace unos 30 años.

Debido a la gran deportación de connacionales que radicaban en Estados Unidos, se decía que Neza iba adquiriendo cierto parecido a los barrios mexicanos de Los Ángeles o de la propia urbe de hierro.

Ahora que si buscamos nombres mezclados con ciudades o términos mexicanos y extranjeros tenemos a Ecatepunk, Iztapahouston, Euruapan o cualquier combinación de nombres que se puedan ocurrir.

¿Se imaginan explicando estas historias o términos, modismos, el albur, el doble sentido, a personas no nacidas en el territorio nacional? Pues el periodista y escritor Ignacio (Natxo) Núñez Pliego, lo hizo, a través de “Mexicanglish”, un compendio de español mexicano.

En el libro, se menciona que “hay cientos de expresiones cuya traducción literal es francamente ridícula. Para una extranjero debe ser una pesadilla aprender el español en un país como México, donde las expresiones cotidianas tienen un sinfín de significantes”.

Muy al estilo de Natxo Núñez, “Mexicanglish” es un diccionario divertido, en 186 páginas hay un compendio de términos mexicanos, clichés, dobles sentidos, frases hechas, refranes, albures, palabras altisonantes, memes, letreros y varias curiosidades que hacen del español mexicano una lengua difícil de entender, pero un gozo para quien lo habla.

 

Incluso responde a preguntas como: ¿Por qué el mexicano es tan mal hablado? ¿Con quién decimos palabrotas? ¿Cuáles son las frases hechas? ¿Qué dijo el mexicano? y ¿Qué entendió el extranjero?

Por poner algunos ejemplos, cómo explicarían o traducirían estas frases:

-Darle vuelo a la hilacha.

-Clavarse una lana.

-Estar muy verde.

-Estirar la pata.

-Ser de mecha corta.

-Llevarlo al baile.

-Estar hecha un cuero, y muchísimas más.

En Estados Unidos tienen el “Spanglish” ahora en nuestro país tenemos el “Mexicanglish”. Es así que con mucha creatividad, tiempo y paciencia, podemos entender y explicar lo que nos caracteriza –verbalmente- como mexicanos.

Así que a “echarle un ojo” a este libro, sin “ponerse sus moños” y sin que “se les crucen los cables”, para que “bajita la mano” no “hagan un oso” y expliquen a los extranjeros que “se creen muy salsa” y dicen conocer mucho de nosotros.