Crece uso de impresoras 3D en Jalisco; aún se desaprovechan

Medicina, calzado, arquitectura, joyería, academia y cinematografía son algunas áreas en las que el uso de impreso-ras 3D tiene cabida, ya sea para la creación de prototipos o la impresión de objetos. Las ventajas que presentan, tales como una mayor velocidad de producción y la disminución de los costos, las colocan muchas veces por encima de la manufactura tradicional.
Las impresoras 3D son una realidad en Jalisco y se utilizan tanto en la creación de objetos pedagógicos, tales como modelos de huesos y órganos para estudiantes de ciencias de la salud, como de maquetas arquitectónicas, escenas de películas animadas o muebles, además de prototipos para la industria del calzado o elaboración de moldes y diseños para la producción de joyas, entre otros.
Además del ámbito académico, el sector privado es el que hace un uso más extendido de este tipo de tecnología.
Los sectores de la manufactura, el calzado, y la joyería son los que mejor han aprovechado esta tecnología, aunque también es utilizada por empresas de herramientas y de juguetes. Asimismo, estas máquinas también se usan con fines enfocados a la medicina y la seguridad pública.
De acuerdo con expertos en ingeniería 3D de la compañía Dagaa, el uso de este tipo de impresoras requiere un conocimiento muy especializado sobre diseño en tercera dimensión. En Jalisco, son pocas las personas que cuentan con tal conocimiento.
Aunque hay empresas que tienen impresoras 3D, según Dagaa y el Centro Líder en Innovación de Prototipos (CLIP) de MIND México, los empresarios en ocasiones no cuentan con los conocimientos para convertirlas en una herramienta para mejorar la productividad de su compañía, es decir, el uso de esta tecnología apenas está arrancando entre estos sectores en Jalisco.
En resumen, aseguran, hay empresas que desconocen en qué consiste la tecnología 3D y otras que no están facultadas para utilizarla. No obstante, quien quiera aventurarse a llevar su compañía a un nuevo nivel tecnológico cuenta con varias opciones. Entre ellas destaca el CLIP, el cual constituye uno de los centros de diseño 3D más avanzados en México, mismo que ofrece cursos de capacitación, así como el servicio de prototipado con precios de hasta mil 500 pesos. La función del centro es promover la innovación del sector industrial a través de la incorporación de nuevas tecnologías.
Asimismo, existen alternativas como Dagaa, que ofrece diseño de modelado para la industria manufacturera, de herramientas, medicina e incluso para organizaciones gubernamentales, tales como la Marina y la Fiscalía, con precios que van desde 30 mil hasta más de medio millón de pesos.
Por otra parte, el ámbito educativo es uno en los que las impresoras 3D han tenido mayor impacto en el estado. Así, en instancias de la Universidad de Guadalajara, tales como la Preparatoria número 20, además del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías y el Centro Universitario de Ciencias de la Salud, se cuenta con impresoras de diversa manufactura y calidad que tienen el propósito de complementar la educación de los estudiantes en áreas como el diseño e ingeniería, en el caso del primer centro, y en anatomía a partir de la impresión de modelos, en el caso del segundo.

Un laboratorio de innovación externo

Herramientas y válvulas, así como prótesis, material médico y utensilios quirúrgicos, microcomputadoras y juguetes son algunos de los objetos cuyo prototipo ha diseñado e impreso la compañía jalisciense Dagaa, la cual “funciona como un laboratorio de innovación externo para las empresas”, según Adolfo Cota, director de Desarrollo de la empresa.

Los sectores médico, militar y de seguridad pública, además de las empresas de manufactura, juguetes y electrónica, son algunos de los principales clientes de la compañía de diseño, los cuales provienen en su mayoría de Jalisco, al constituir alrededor de 90% de los mismos; aunque también cuenta con clientela del resto de México y del extranjero.

La principal labor de Dagaa es realizar el “diseño conceptual (de un producto), hacemos el desarrollo a nivel ingeniería, es decir, cómo va a funcionar, qué materiales va a tener y cómo va a estar configurado”, explicó, para lo cual se utilizan softwares especializados que permiten experimentar con los diseños y su funcionamiento incluso antes de la impresión.

El trabajo puede comenzar “desde dibujos a mano” y una vez que se cuenta con el prototipado digital, “se pasa a un software que se llama CURA, entonces ahí ya nos dice cuál es la mejor forma de imprimirlo, cuánto tiempo va a tardar, a qué máquina se va a mandar”.

La empresa cuenta con cuatro impresoras de pequeño a mediano formato, la más grande puede imprimir piezas de 40 centímetros por 40 por 45. El diseño corre a cargo de cuatro personas con especialidad en mecánica y diseño industrial.

La calidad de la impresión 3D, explica Cota, depende no sólo de la máquina que se utiliza, sino también de la experiencia que se tenga en el software requerido, ya que un diseño deficiente causa una mala impresión.

La impresión 3D permite experimentar y que la piezas o prototipos queden al gusto del cliente. Por lo general el proceso implica realizar varias pruebas, hasta que se obtenga el prototipo más adecuado.

Aunque el costo del diseño puede superar el medio millón de pesos, la impresión puede tener un precio de hasta 500 pesos. De acuerdo con Cota, esto permite “sacar piezas rápido a bajo costo y a partir de ahí ya puedes hacer pruebas más caras en un molde de inyección”.

Finalmente, reitera que considera que el uso de impresoras 3D sí está extendido en Jalisco, pero no dentro de las empresas, sino que acuden a centros especializados ya que señala que la complejidad está en saber usarlas. “Urrea válvulas es un cliente de nosotros, les hemos hecho casi 13 trabajos, ellos tienen sus propias impresoras 3D”, señaló a modo de ejemplo.

Crean réplicas de órganos

Realizar modelos de órganos y huesos humanos a partir del uso de impresoras 3D con el fin de facilitar el proceso de aprendizaje de los estudiantes de las materias de morfología y anatomía, es el propósito del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, de acuerdo con el doctor Carlos Aramburu Iturbide, responsable del área de Cursalia, donde se desarrolla el proyecto.

Según Aramburu, el proyecto surgió a partir de “la cada vez mayor escasez de piezas anatómicas reales”. Explicó que los jóvenes sólo tenían acceso a las piezas durante las clases, después de lo cual el profesor las retiraba de su alcance, por lo cual su estudio de la anatomía humana quedaba restringido a los libros.

Sin embargo, “en muchos casos se requiere verlo en tercera dimensión, por ejemplo, las vértebras, los diversos segmentos de la columna, se pueden diferenciar por ciertas características” que sólo son perceptibles en físico, aseguró el doctor.

La impresión 3D fue la alternativa que se encontró para acabar con la problemática, al permitir “generar piezas anatómicas fidedignas, confiables, que le sirvan al estudiante para complementar” sus estudios, explicó Aramburu.

Por el momento, la realización de prototipos se enfoca en los huesos largos, la cadera y la base del cráneo, “que son las piezas anatómicas a las que los estudiantes se enfrentan cuando van empezando”.

Sin embargo, también se imprimen modelos de órganos más complejas, como el corazón y el cerebro, los cuales requieren un proceso de diseño más específico, ya que “para que le sirva a los estudiantes debe tener cierto corte”, detalló el doctor.

Para tal fin se cuenta con dos impresoras y un escáner 3D. Las primeras son de la marca Ultimaker, de pequeña escala y funcionan con base en PLA, un material derivado del maíz, y ABS, sustancia proveniente del petróleo, los cuales presentan pocas fallas durante la impresión. Cada carga de dichos materiales cuesta cerca de 500 pesos y sirve para imprimir cuatro piezas en promedio.

Se prevé que las piezas anatómicas salgan a la venta el próximo semestre y estarán dirigidas a los estudiantes de las carreras de medicina, odontología, cultura física y deportes, técnico radiólogo y rehabilitación física, que son quienes más las necesitan. El costo sería mínimo, ya que sólo se cobraría por los materiales, “al estudiante le salen muchísimo más económicas que en las tiendas, donde el modelo de un cerebro cuesta a lo mejor nueve mil pesos y aquí nosotros lo podemos hacer en 150 pesos”, señaló Aramburu.

Asimismo, se prevé la creación de un huesario para que los estudiantes que no puedan comprar los modelos también puedan tener acceso a ellos, “falta nada más concluir los acuerdos con el departamento de morfología”.

Además, se pretende que las piezas sean entregas en un paquete de cartón reciclado que contendrá un código QR impreso. “El estudiante va a poder leer ese código y lo va a mandar a una sección de nuestra plataforma de Cursalia, donde esté la pieza que adquirió descrita anatómicamente”, añadió el doctor.

El objetivo es crear una educación accesible y completa, que sea dinámica y lúdica, con la finalidad de que los futuros graduados de licenciaturas en ciencias de la salud puedan “salir mejor preparados, pues tener este tipo de tecnologías permite tener una mejor comprensión de la materia”, aseguró Aramburu.

Invitan a experimentar la tecnología

El Centro Líder en Innovación de Prototipos (CLIP) de MIND México en Guadalajara, enfocado al desarrollo de prototipos para la industria del calzado y de la joyería, abre sus puertas a diseñadores que se encuentren en proceso de aprendizaje y quieran experimentar con tecnología 3D, así como a empresas de cualquier sector, sin importar su tamaño.

El proyecto contó con el auspicio de la Secretaría de Economía federal y la Secretaría de Desarrollo Económico del Gobierno del Estado (Sedeco), y con un presupuesto de más de nueve millones de pesos. Posee un escáner 3D, una cabina fotográfica de 360 grados, y dos impresoras: una que trabaja a partir de sulfato de calcio, para impresión de prototipos de zapato, y otra que realiza moldes de cera para la creación de joyas

Fue inaugurado el pasado mes de julio, con el objetivo “de apoyar la problemática del sector en cuanto al desarrollo de muestras y de colecciones”, así como “de luchar contra las importaciones asiáticas al empujar la competitividad de la industria”, aseguró Amandine Weber, directora general de la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Jalisco (CICEJ).

Sin embargo, de alrededor de 150 afiliados, sólo 20%, es decir, 30, conocen la función de CLIP y hacen uso de los servicios que ofrece, ya sea de capacitación o prototipado. “Todavía no hay resultados, hay un grupo muy pequeño de comerciantes que saben usar esta tecnología, todos los demás están en etapas de iniciación”, explicó Óscar Salcido Castro, presidente del Centro Integral Avanzado en Diseño (CIAD).

Desde la inauguración de CLIP hasta la primera semana de octubre, se habían atendido sólo 21 proyectos, muchos de los cuales no correspondían a sectores industriales, sino a particulares que acudieron al centro para desarrollar un proyecto individual o bien a empresas no adscritas a la cámara.

Además del prototipado de calzado y la creación de moldes para joyas, las impresoras se han utilizado para el desarrollo de maquetas, escenas cinematográficas, herramientas, prótesis dentales, entre otros.

“El fabricante se está poniendo al día, a la altura de empresas internacionales”, aseguró Salcido Castro. «El propósito es generar nuevas tendencias y que Jalisco se encuentre a la vanguardia a nivel mundial, ya que CLIP nos da una ventaja competitiva en comparación con otros estados”, por lo que exhorta a los industriales a adoptar el uso de esta tecnología y a acercarse al centro.

Aseguró que el sector zapatero “es muy tradicional”, además, los procesos de modelado se realizan en muchos casos de manera artesanal. Sin embargo, la realización de un prototipo en una impresora 3D de CLIP implicaría una disminución de costos de más de 90%. Por ejemplo, realizar el modelo de una suela de zapato deportivo podría tener un precio de hasta 70 mil pesos conforme al esquema actual, mientras que en impresión 3D podría salir en alrededor de dos mil pesos.

EL DATO
Piden apoyo de ingenieros

Aunque en CUCS tienen un vasto conocimiento de anatomía, “no contamos con los ingenieros que requerimos, ojalá en un futuro nos mandarán de Ciencias Exactas e Ingenierías”, es decir, personas especializadas en el uso y mantenimiento de máquinas de impresión 3D, así como en diseño, solicitó Aramburu.

SABER MÁS
Proyectos altruistas

Aunque en general los diseños de Dagaa son inaccesibles para emprendedores, por sus altos costos, sí colabora en proyectos altruistas, por lo que quienes requieran una prótesis o elaborar algún material para cumplir un fin humanitario pueden acudir a sus instalaciones en el MIND, ubicadas en avenida Faro 2350, colonia Bosques de la Victoria.