Las cosas de la Ciudad

JALÓN DE OREJAS. Estaban muy tranquilos en sus áreas de confort, cuando a varios directores del Ayuntamiento de Soledad se les vino el mundo encima. Pues nada que el alcalde Gilberto Hernández Villafuerte les leyó la cartilla porque dice, ya le llenaron el buche de piedritas con su falta de resultados y por la soberbia con que tratan a los contribuyentes que buscan un servicio de su respectiva área de “trabajo”. Los regañados fueron el delegado de INTERAPAS José Luis Castro Castillo por desordenado y “malgeniudo” con trabajadores y usuarios. Sergio Humara de Fomento Agropecuario, que aunque Soledad tiene vocación agrícola, nada ha hecho por los campesinos del lugar, bueno hasta al Secretario Técnico Gerardo Zamanillo le tocó regaño, porque al parecer no ha logrado integrarse bien al equipo. El resto del gabinete debe tener en cuenta que; “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.
TENÍA RAZÓN, Bien dijo el titular de la SCT Ramiro Robledo López, de que la instalación de cámaras en camiones urbanos de la ciudad no van a inhibir los robos o asaltos a pasajeros. En las redes sociales circula un video en que dos sujetos asaltan a varios pasajeros de la Ruta 2, que corre alrededor de la ciudad. En el video se aprecia cómo someten a las víctimas con armas punzocortantes, para luego emprender la huída. Ojalá ésta curada en salud del titular de la SCT no sea pretexto para no tomar cartas en el asunto, más bien ahí está la prueba de que hasta el transporte urbano ya es inseguro como cualquier calle de la ciudad. Los titulares de Seguridad Pública municipal y estatal tienen el balón en su cancha. O sea, hagan algo por favor.
ASALTOS POR TODAS PARTES. Resulta que el INTERAPAS desde hace casi tres años no aumenta sus tarifas de agua, según cuentas del Consejo del organismo. Entonces se preguntan las amas de casa y todos los usuarios en general, caray ¿y por qué cada vez es más cara? Pues si entonces el INTERAPAS no ha subido tarifas quién se ha quedado con lo que sale de más en los recibos, que en tres años comparativamente registran una considerable diferencia entre uno de aquel tiempo, con el del último bimestre. Imaginariamente esto parecería una nueva modalidad de asalto. Así como está la inseguridad.
OJALÁ LOS PREMIEN. Es gratificante que en medio de tantas malas notas que se aplican solos algunos elementos policiacos, haya una totalmente diferente. Ayer en la Unidad Administrativa Municipal, un descuidado visitante olvidó su carpeta perdiendo también el aliento después, pues en la carpeta traía documentos importantes y además un cheque por más de cinco mil pesos. Por fortuna de él, su carpeta fue encontrada por elementos de la policía municipal que cuidan el inmueble, quienes en lugar de hacerse también los distraídos entregaron la carpeta a sus superiores. La historia tuvo un final feliz pues el hombre recuperó su dinero, sus documentos y los policías la confianza de los ciudadanos de que aún hay policías honestos en la ciudad.
FESTEJO ADELANTADO. Mañana se celebra el Día del Cartero, pero como para ellos el sábado es inhábil, desde ayer comenzaron los trabajadores del Servicio Postal Mexicano a festejarse ellos solos. Pues sí, entre ellos mismos porque dicen que ya casi nadie se acuerda de felicitarlos en su día. Algo desconsolados varios carteros dicen que la población ha ido perdiendo tradiciones como la de “pues” darle un regalito a su cartero por su día, y no es el regalo, sino el detalle. Dicen los compungidos mensajeros, que en su tiempo hasta fueron la inspiración de canciones que relataban que de tanta carta la novia se quedaba con el cartero, o aquella en que uno se ponía feliz…porque llegó el cartero…el cartero. Si hoy recibe una carta, felicítelo.
ENGORROSA TRAMITOLOGÍA. Parece que alguien si sabe del real problema al que se enfrentan los propietarios de fincas del primer cuadro de la ciudad que están a punto de derrumbarse, en muchos casos no se trata que no cuenten con recursos para atenderlas, el punto es que se encuentran con la engorrosa tramitología para lograr la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Los propietarios se ven orillados a dejar que los inmuebles se deterioren hasta que se derrumben, aunque eso conlleve riesgo para los vecinos y personas que transitan por donde se encuentran. Así de fácil está el problema.