Las fuerzas apoyadas por Estados Unidos intensificaron ayer su ofensiva sobre los feudos del grupo Estado Islámico (EI) en Iraq y Siria, donde un bombardeo mató a 20 civiles, entre ellos dos niños.
En Iraq, los soldados avanzaron en Mosul, último bastión del EI en el país, mientras que, en Siria, las tropas kurdoárabes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) prosiguieron su ofensiva hacia Raqa, la capital de facto de los yihadistas.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), el bombardeo de la coalición alcanzó el pueblo de Al Heisha, en poder del EI, al norte de Raqa, y de la ofensiva también resultaron 32 heridos.
No obstante, las FDS, respaldadas por Washington durante el ataque, negaron las pérdidas civiles. “Eso no ocurrió, y muchas de esas denuncias son noticias del EI”, dijo una de sus portavoces, Jihan Sheij Ahmed.
Según la coalición, el ataque en Al Heisha cobró la vida de al menos seis combatientes de los yihadistas, a los que acusó de retener a civiles para usarlos como “escudos humanos”.
EL DATO
Muertes y desplazados
- El Estado Islámico ejecutó ayer a 30 jóvenes en Mosul, acusados de cooperar con las fuerzas de seguridad iraquíes y conspirar contra el “califato”.
- Se calcula que casi 42 mil personas han abandonado Mosul desde que comenzó la ofensiva a mediados de octubre pasado, según reportes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).