Cinco ejes que marcaron la campaña de Trump

Una campaña presidencial llena de momentos para recordar y más de unas cuantas decisiones para el olvido, dejan los comicios de 2016.
INMIGRACIÓN
La «autopsia» del Comité Nacional Republicano a la derrota de Mitt Romney en 2012 exhortó al partido a acercarse a las minorías, en parte aprobando una reforma migratoria.
Trump tenía otros planes.
En los primeros momentos de su candidatura, el empresario dijo que los migrantes mexicanos «traen drogas, crimen, son violadores, y algunos, asumo, son buenas personas». Prometió levantar un muro en la frontera sur y crear una estricta política migratoria.
La decisión movilizó a una base republicana, muchos argumentaron que losinmigrantes les habían quitado empleos y amenazaban su posición en una sociedad, lo que causó cánticos de «¡Levanten el muro!», en sus mítines.
Aunque el plan ayudó a Trump a ganar las primarias, los demócratas lo utilizaron para atraer a los votantes latinos, y la participación en las votaciones anticipadas entre los hispanos tuvo un gran incremento en estados disputados como Nevada y Florida.
MENSAJE POPULISTA
Un multimillonario que vive en un penthouse de un rascacielos de Manhattan que lleva su nombre es una elección dudosa para ser el representante de la clase trabajadora. Pero Trump adoptó un mensaje populista, el cual criticaba losacuerdos comerciales que, afirma, perjudicaron la mano de obra estadounidense y le sirvió para atraer a los blancos de clase trabajadora.
Sus propuestas le ayudaron a ganar terreno en estados tradicionalmente demócratas; la mayoría de las encuestas lo mantienen en la contienda en Michigan, Ohio, Iowa y Pennsylvania. Gane o pierda, amenaza con transformar a su partido adoptado, dividiendo a la clase trabajadora republicana de la dirigencia partidista.
CAMPAÑA POCO CONVENCIONAL
Durante las primarias, Trump se jactó de financiarse su operación de campaña. Y aunque eso no fue del todo cierto, fue el presagio de la decisión del empresario de llevar una campaña pequeña y poco ortodoxa en la que frecuentemente enfrentaba a los publicistas entre sí, y teniendo tres jefes de campaña distintos.
Eventualmente y a regañadientes tuvo que aceptar la recaudación de fondos, y aunque demostró su capacidad para obtener pequeñas donaciones, quedó muy por detrás del gigante financiero que montó Clinton.
BUSCANDO PELEAS
Trump salió de la convención anual de su partido realizada en julio con ímpetu y con un partido mayormente unificado a su favor. Pero la siguiente semana, Khizr Khansubió al escenario en la Convención Nacional Demócrata.
Khan elogió a su hijo soldado, quien murió en 2004 en Irak, y mientras mostraba una copia de la Constitución, criticó el plan de Trump de prohibir el ingreso de inmigrantes musulmanes a Estados Unidos. El empresario atacó a Khan y a su esposa, e insinuó que esta última tenía prohibido hablar en público debido a su religión, lo que generó fuertes críticas de republicanos y demócratas.
También tomó decisiones similares después del primer debate, en el que Clinton mencionó a la ex Miss Universo, la venezolana Alicia Machado, quien dijo que Trump se burló de su apariencia.
Trump mordió el anzuelo y lanzó una serie de ataques por Twitter a las 3 a.m., lo que contribuyó a un serio descenso en las encuestas y puso de relieve sus dificultades por atraer el voto de mujeres y latinos.
PROBLEMAS CON MUJERES
Desde el comienzo, el neoyorquino batalló para atraer a las mujeres a su campaña. El empresario, con tres matrimonios y cuya vida personal pertenece a los tabloides de la farándula desde hace décadas, tuvo varias disputas públicas con celebridades como Rosie O’Donnell, y es famoso por describir a las mujeres de acuerdo a su apariencia, a menudo con términos poco halagadores.
Las cosas empeoraron gravemente el mes pasado, cuando emergió un video de 2005 en el que Trump estaba a bordo de un camión de «Access Hollywood» con el entonces presentador Billy Bush, y se le escucha utilizar términos vulgares para describir a las mujeres y jactándose de que su fama le permitía hacerles cosas impropias.
Y tras el segundo debate presidencial, casi una docena de mujeres dieron la cara y acusaron a Trump de besarlas o manosearlas sin su consentimiento.
Trump refutó las acusaciones y amenazó con demandar a dichas mujeres, pero sus números entre las votantes se desplomaron todavía más.