Tanatología: para entender la muerte

Todo a nuestro alrededor tiene principio y fin, cumple un ciclo. Incluso, comprender la muerte nos hace cobrar conciencia de lo que significa vivir.
Pero nadie está solo en esta labor, pues existe una disciplina médica que nos ayuda a entender la muerte y sus procesos, la Tanatología, y que de acuerdo al Dr. Iván Gallegos Morán, perito médico forense de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tiene dos vertientes, «una de tipo forense, para los médicos, que habla de las etapas de descomposición del cuerpo, y otra de derechos humanos» que ayuda al bien morir en caso de enfermedades terminales, tratando cambios psicológicos y de formas de vida en torno a un fallecimiento.
Este segundo tipo de Tanatología incluye la evaluación de nuestra relación con la muerte sin enfocarse en creencias religiosas, culturales o de otra índole. La función de los tanatólogos es orientar a los enfermos terminales y sus allegados hacia la aceptación de la muerte para lograr que los pacientes tengan una muerte digna, es decir, aquella con:
Calidad de vida durante la etapa final.
Atención adecuada.
Ayuda para resolver problemas.
Fallecimientos rodeados de gente cariñosa.
No ser objeto de experimentación.
Respeto.
Opciones reales para su situación actual.
No tener expectativas falsas.
La Tanatología también se encarga de los duelos derivados de pérdidas significativas que no tengan que ver con la muerte física o enfermos terminales.
Disminuir el dolor
El Dr. Gallegos Morán comenta que la Tanatología que trata del bien morir se encuentra vinculada con los derechos humanos; ayuda a cobrar conciencia de que fallecer forma parte de un ciclo vital, como ocurre cuando nacemos, crecemos y nos reproducimos.
El surgimiento de esta nueva visión en México corresponde a factores tanto médicos como culturales. Respecto a este último, el especialista indica: «aunque los indígenas mesoamericanos rendían culto a la muerte, con la conquista cambió esta visión debido a que se impuso la ideología española.
Los actuales mexicanos heredamos el buen humor de la gente originaria de estas tierras, pero adoptamos el miedo europeo a fallecer, así que nos reímos de la muerte como imagen, pero no como idea».
Asimismo, los avances médicos han logrado que ahora tengamos mayor expectativa de vida, generando una nueva etapa para la que han surgido más demandas, por ejemplo, la Geriatría (dedicada a atender personas mayores de 60 años). Con esto se han vuelto más comunes las enfermedades crónicas, como cáncer o mal de Alzheimer, mismos que refuerzan el temor a morir.
Cuando aparece una enfermedad terminal, el temor está ya muy arraigado, por lo que la Tanatología prepara al sujeto para que no se angustie y «se eviten apegos inútiles a la Medicina o a milagros de Dios», a la vez que se prepara psicológicamente a sus familiares para que el sufrimiento sea mínimo, comprendan al paciente y no lleguen a sentir lástima por él.
El primer paso consiste en ayudar a que tanto pacientes como familiares comprendan que la muerte es un acto inevitable y natural que no sólo les ocurre a ellos. Además, los especialistas en Tanatología ayudan a que los seres queridos sobrelleven las distintas etapas del duelo, que consisten en:
Negación (pensar que el deceso no ha sucedido).
Ilusión (creer que se escuchó a la persona llegar a la casa en su horario habitual o que se oyó su voz).
Enojo (se preguntan por qué les ocurrió a ellos).
Aceptación (asumir el hecho; ocurre después de uno o dos años del fallecimiento).
Este trabajo ayuda a que no se recurra a «charlatanes que dicen proporcionar alivio, libros sobre enfermedades terminales que prometen curas milagrosas o sectas y grupos que ofrecen ‘servicios de atención espiritual’».
De esta manera, se persigue no crear falsas expectativas, procurando un uso cuidadoso del lenguaje y del momento para explicar la enfermedad (evolución, tratamiento, pronóstico y expectativas de vida del paciente), quien al estar enterado tiene el derecho y deber de ser copartícipe de su tratamiento y, en la medida de lo posible, llevarlo a que resuelva problemas de deudas, testamento u otros asuntos pendientes, además de lograr buena comunicación mediante la cual exprese sus sentimientos.Por fortuna, afirma el Dr. Gallegos, existe ya un conocimiento general de la Tanatología en México, de modo que ahora los galenos conocen cada etapa del duelo y saben que incluso una reacción violenta es parte de la evolución de un proceso de aceptación y cómo conducirla.
Finalmente, el especialista hizo la siguiente recomendación: «Como médico, pido a la gente que ante una enfermedad degenerativa o incurable recurra a equipos organizados, multidisciplinarios, pues esto contribuye a generar mayor organización familiar, tomar decisiones conjuntas y evitar conflictos generados por la presión, a la vez que se logra comprender la situación de manera menos dolorosa». La vida es un chispazo entre dos eternidades donde cumplimos ciclos de crecimiento, reproducción y aprendizaje. La muerte es parte del ciclo de vida, y a ella podemos llegar serenos gracias a la Tanatología, la ciencia del bien morir.