Tu cuerpo sabe quién es tu pareja perfecta

Si ya has intentado de todo: desde citas a ciegas en el parque de las palapas, hasta conectarte todos los días a Tinder y otras redes sociales pero sigues sin pareja, seguro no has puesto atención a las señales que te da tu cuerpo.
El deseo, a veces abrasador, que alguien produce en nosotros puede tener relación con un término médico que suena, más bien, a baldazo de agua fría: antígeno leucocitario humano (HLA), o lo que es igual: nuestro sistema inmunológico, reporta el portal web BBC Mundo.
Un estudio publicado en Nature, una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo, concluye que buscamos parejas sexuales con un antígeno leucocitario humano muy distinto al nuestro.
Este sistema, al que se le conoce también como complejo mayor de histocom-patibilidad (MHC), permite a nuestro cuerpo diferenciar entre nuestras células y células peligrosas como virus o bacterias; es la base de nuestro organismo para desarrollar su sistema de defensa.
Entonces, aunque suene curioso, la atracción de nuestros cuerpos está en relación directa con los anticuerpos de la otra persona. El HLA «se relaciona con nuestra sexualidad y con nuestro deseo de procrear», señala el estudio que analizó la conducta sexual de 254 parejas.
Lo que descubrieron es que mientras mayor era la diferencia entre sus antígenos leucocitarios, el deseo no solamente parecía mayor sino también la satisfacción sexual. La razón tiene que ver con la supervivencia de la especie.
Los investigadores encontraron que las parejas (o animales) con un HLA distinto «incrementan la posibilidad de que su descendencia tenga resistencia a un número mayor de enfermedades».
Es decir, la mezcla de genes que se produce en los hijos toma elementos del sistema inmunológico del padre y de la madre. Podríamos decir que la respuesta a este misterio, que nuestro cuerpo descifra mucho antes de que nosotros siquiera lo sospechemos, la tenemos justo frente a nuestras narices.
Atracción y olor
«Los peces, aves y mamíferos prefieren compañeros con un código genético distinto al suyo, el cual determinan usando señales olfativas», señala el estudio publicado en Nature.
Pese a que aún se discute cómo es que el HLA define el olor de nuestro cuerpo, está probado que ciertos componentes del mismo se encuentran en fluidos como sudor y saliva.
Se sabe además que las neuronas olfativas identifican el antígeno leucocitario humano aunque nosotros no seamos conscientes de ello.
El estudio no menosprecia la capacidad humana de rebelarse y domar sus propios instintos sexuales, pero echa luces sobre sus orígenes y la importancia del sistema inmunológico en nuestra conducta sexual.