El “bipartidismo” de la corrupción

El abogado Antonio Lozano Gracia, cuya gracia fue haber incorporado al trabajo de la Procuraduría General de la República los métodos de adivinación y nigromancia en la interpretación de oscuras calaveras y las revelaciones de videntes, tan falsas como un billete de tres pesos, ahora defiende a Guillermo Padrés, ex gobernador de Sonora.
Y dentro de todo su lógico alegato defensivo sobre la inocencia de su defendido, dice algo interesante: su cliente es un perseguido por el afán de “equilibrar la política”, la cual se podría llamar a la luz de esta cínica competencia, el “bipartidismo de la corrupción” en cuya trama se perfilan claramente varios personajes por su presencia y uno más por su ausencia. Veamos.
¿Cuáles son los cuatro personajes?
El señor Padrés, por un lado, con los elementos recientes, de su visita al PAN, donde tenía la protección azul antes de contar con la ficha roja. El acusado se fuga, aun antes de saberse formalmente perseguido. Él se va cuando ni siquiera lo buscaban con fichas de ningún color, cosa muy lógica en quien se siente perseguido injusta o justamente. ??
Por el otro lado, en el equilibrio de estas posiciones está el señor Javier Duarte, quien no desaparece, pero tampoco aparece. Es como si a Bob Dylan lo buscara la Academia Sueca. Está ahí escondido quién sabe dónde.
Unos lo vieron subir a un helicóptero, con vuelo a Poza Rica; otros, en la ruta de Puebla a bordo de una aeronave prestada por el gobernador sustituto. Pero el asunto se sigue enredando y enredando cuando el señor vende una casa millonaria en 10 dólares.
Después están los otros dos señores, los señores Miguel Ángel Yunes, gobernador electo (casi) de Veracruz, y el señor Enrique Ochoa, presidente del Partido Revolucionario Institucional. Porque Yunes acusa a Ochoa de seguir utilizando transportes de la CFE. Le dice corrupto protector de híper corrupto, quien llega a proteger a Duarte.
Por otra parte al señor Yunes le calientan la cabeza con un pacto cupular cuyo cumplimiento lo privaría de tomar posesión a cambio de apresar a Duarte y refundirlo en San Juan de Ulúa como si fuera Chucho el Roto. Mientras, en un juego habilísimo, amenaza con reventar una bomba atómica cuando tome posesión, capaz de estremecer a México hasta hacerlo retemblar en sus centros, como sucede en el Himno Nacional.
Él dice: “Yo no protegía al señor Padrés, él fue simplemente a que lo regañaran en el PAN”, en la pía y muy dinámica comisión contra la corruptela en manos del velocista Luis Felipe Bravo Mena cuya gestión sirve para untarle al Camembert. A Padrés y a Duarte les quitan los derechos políticos que significan no quitarles nada. Y en todo este chiquero, hay un gran ausente.
¿Dónde está la Procuraduría General de la República, cuya acción procuradora de justicia permitiría quitar todos estos escándalos del área política y politiquera, y meterlos en el terreno judicial, donde deberían estar?
Pero nos pasamos más tiempo hablando de combatir la corrupción con comisiones, comités, grupos de notables, sistemas imaginarios, y muy poco aplicando la ley. ¿Cómo?, pues como sabe o como debería saber hacerlo la Procuraduría General de la República.
Y como fin de fiesta le regalo estas palabras de Enrique Ochoa, cuyo destino es el mármol de la memoria:
“Como lo hemos dicho en repetidas ocasiones: exigimos a las autoridades federales que continúen las investigaciones para los casos señalados contra el ex gobernador panista de Sonora, Guillermo Padrés, contra Javier Duarte de Veracruz, contra Miguel Ángel Yunes (bipartidismo ejemplar en el “corruptómetro” nacional).
“La ciudadanía demanda que se tengan respuestas puntuales a las interrogantes y a las acusaciones múltiples que se tienen en esos casos. “Por esa razón, el PRI está a favor de la construcción de un Sistema Nacional Anticorrupción, que sea encabezado por mexicanas y mexicanos de prestigio, de probada honestidad y honorabilidad, que sean ciudadanos que nos permitan construir instituciones a favor de la transparencia y rendición de cuentas en el país.
— ¿Huyó o no huyó el ex gobernador Duarte, y si así quiere el PRI atacar la corrupción?
—Es labor de las instituciones que investigan el caso, ubicar tanto a Guillermo Padrés como a Javier Duarte. Y exhortamos a Miguel Ángel Yunes a que acuda a las instancias federales a contribuir con la información que tenga sobre esos casos (no, pos sí).