El dramaturgo Darío Fo, cuya enérgica sátira de la vida política de Italia, las costumbres sociales y la religión le hicieron ganar el Nobel de Literatura, falleció el jueves. Tenía 90 años.
Fo murió el jueves por la mañana en el hospital Luigi Sacco de Milán, tras sufrir complicaciones respiratorias derivadas de una enfermedad pulmonar progresiva, dijo el jefe de neumología del centro, el doctor Delfino Luigi Legnani.
El primer ministro Matteo Renzi dijo que con el deceso de Fo el país perdió a uno de los principales protagonistas de la vida cultural y civil del país.
Su sátira, investigación, escenografía y actividad artística dejará al mundo la herencia de un gran italiano», manifestó Renzi.
El autor de Muerte accidental de un anarquista y de otras 70 obras de teatro se veía en el papel de bufón, combinando un humor provocador con una sátira mordaz. Era admirado y denostado a partes iguales.
Su actividad política le valió vetos en Estados Unidos y ser censurado en la televisión italiana, y sus extravagancias artísticas resultaron en repetidas detenciones.
En los últimos años, Fo se convirtió en un punto de referencia para la formación antisistema italiana Movimiento 5 Estrellas, que el jueves lo calificó de «guía espiritual».
El líder del movimiento, Beppe Grillo, publicó en su blog un video de una memorable intervención de Fo en un acto de campaña en 2013, en el que instó a la formación a agitar el paralizado sistema político nacional.
«¡Háganlo ustedes, por favor! ¡Háganlo!», animó Fo a la multitud. «¡Por favor, den la vuelta a todo!».
Hijo de un trabajador ferroviario y una campesina, Fo tuvo un primer acercamiento a la narrativa tradicional a través de su abuelo, un narrador muy conocido. Estudió pintura en la prestigiosa Academia Brera de Milán, además de arquitectura, y a los 25 años comenzó a escribir y actuar en cabarets satíricos en el Piccolo Theater de Milán.