Los fenomenos de la democracia

Los acontecimientos suscitados recientemente en Colombia dan mucho de qué hablar, parecía un asunto de mero trámite el referéndum popular, el histórico logro de pactar definitivamente la paz entre las FARC y las autoridades colombianas después de cincuenta y dos años de lucha violenta, no es un asunto menor, por el contrario, era un evento anhelado con vehemencia, en ese contexto, se pensó que el respaldo social seria abrumador, circunstancia que no aconteció, los resultados indican una fragmentación en empate técnico.
En similares condiciones se desarrolló el episodio del Brexit en el Reino Unido, culminando con la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea en una cerrada votación, que si bien se esperaba competida, existían elementos razonables para estimar que la decisión popular se inclinaría por continuar en la alianza continental, sin embargo los electores se inclinaron en sentido contrario.
En ambos casos los rasgos se asemejan, pues quienes abanderaban tanto el pro o el contra de las cuestiones puestas a la consideración ciudadana, eran importantes liderazgos en sus respectivas naciones, prácticamente la confrontación se ubicó entre partidarios de uno o de otro, en la clásica batalla del ganar-perder, pues el planteamiento sometido al escrutinio público no daba para más, simplemente se constreñía a estar o no de acuerdo.
Por una parte, los gobiernos solicitando el apoyo ciudadano para el respaldo de las posturas oficiales y, por otra, liderazgos opositores a esas medidas decidieron correr el riesgo que significa enfrentar a autoridades bien posicionadas y con legitimidad, logrando contrarrestar las posturas oficiales.
En realidad los resultados en ninguna de las dos consultas son contundentes, las diferencias reflejan un empate técnico, con un pequeño margen en contra de los gobiernos, de donde les resulta una evidente derrota, pese a estar bien evaluados.
Esas experiencias democráticas arrojan interesantes lecturas, pues aún que se trate de gobiernos sólidos, con líderes bien evaluados y altos grados de aprobación, el ciudadano no otorga incondicionalmente su voto, se ha vuelto más reflexivo y cuenta con mayor información, por otra parte se aprecia perceptivo a mensajes provenientes de la oposición, máxime si son duros y de confrontación, de donde deriva además la persistente duda y desconfianza hacia sus autoridades.
Hoy en día la comunicación e información se convierte en una herramienta esencial, quienes inspiren a través de ella mayor confianza, sin duda, tendrán mejores resultados, aunado de quien, como y cuando se dé, lo que implica, liderazgo, conocimiento y oportunidad. Por lo visto, la conciencia ciudadana está abierta y dispuesta.