Al nacer la pequeña Viviana, los doctores le dijeron a su abuela que parte del cerebro de la recién nacida crecía fuera de su cráneo.
El diagnóstico fue que la pequeña tenía encefalocele interparietal, enfermedad que se presenta en uno de cada dos millones de nacimientos.
La pequeña Viviana es hija de Yazmín, una adolescente de 16 años de edad; su madre, la señora Aracely, asegura que su hija nunca se enteró durante el embarazo que la niña traía una malformación, y fue hasta el alumbramiento cuando se enteraron de la condición de la recién nacida.
La pequeña nació en el Hospital Rovirosa, el pasado 24 de agosto.
Luego de una revisión minuciosa del caso y de los estudios correspondientes, el equipo médico determinó intervenirla el 30 de agosto, para evitarle futuras complicaciones.
Aracely Suárez, abuela de la bebé, asegura que aunque en un momento pensaron que la niña no lograría sobrevivir, hoy aseguran que ven una luz en el túnel.
cuando todo era obscuro, clamaron a Dios con todo su corazón y Él –aseguran-, movió corazones, dio la inteligencia a los médicos y puso todo lo material disponible para que se hicieran los estudios y la cirugía que prácticamente le salvó la vida.
Raúl Méndez Olán, neurocirujano del Hospital de Alta Especialidad “Gustavo A. Rovirosa” explicó que esta es una enfermedad congénita muy rara que se presenta en uno de cada dos millones de nacimientos, en la cual el cerebro no se desarrolla de manera normal sino que sale de la cavidad craneal, formando unaprotuberancia parecida a una hernia de aproximadamente 10 por 12 centímetros de diámetro.
