Codos y rodillas también merecen atención

Limpieza, exfoliación, hidratación y nutrición son las cuatro bases que sigue cualquier tratamiento de belleza corporal y facial digno de ser llamado así, ya que estos principios favorecen de distintas maneras el proceso de regeneración celular de los tejidos y, por ende, permiten contar con una piel saludable, renovada y de apariencia atractiva.
Sin embargo, y de manera incomprensible, estos tratamientos no siempre son bien aplicados en todas las regiones de nuestro cuerpo, siendo claro ejemplo de esta situación codos y rodillas.
En efecto, estas partes son más propensas a volverse rugosas y secas a causa de las bajas temperaturas del invierno e incluso por el roce de la ropa, ya que se encuentran más desprotegidas que el resto del cuerpo; el motivo es que la piel de estas articulaciones cuenta con glándulas sebáceas escasas e irregularmente distribuidas, por lo que la generación natural de grasa para proteger la epidermis es diferente a la que existe en otras zonas.
Para evitar que piernas o brazos perfectamente moldeados y tersos pierdan su encanto a causa de que las articulaciones luzcan resecas, cuarteadas y escamadas, deben seguirse cuidados que mejoren su aspecto y salud.
Cuidado de la piel de codos y rodillas, tarea de todos los días
La atención que se da la piel de codos y rodillas debe ser, cuando menos, la misma que se da a otras partes del cuerpo, como manos y rostro, pero ésta no siempre es suficiente; por ello, diversos especialistas en cuidados de la imagen personal hablan de la existencia de pasos específicos que ayudan a mejorar y mantener una apariencia saludable.
La limpieza es el pilar de cualquier tratamiento para cuidar la piel, por lo que se da por descontado que durante el baño deben emplearse agua y jabón en la higiene de codos y rodillas; empero, lo que no siempre se tiene en cuenta es que en el aseo personal debe utilizarse un producto suave, empleado a través de masaje con movimientos circulares, ya que si se utiliza un artículo demasiado fuerte se resecará o irritará la epidermis.
Es recomendable que antes de utilizar un jabón lavemos con éste las manos o alguna región corporal, y luego de secar observemos si deshidrata nuestra piel, algo que notaremos si la sentimos poco flexible. Una vez que hemos elegido el jabón adecuado, cabe resaltar que aunque es importante hacer énfasis en el lavado de codos y rodillas, el tallado debe realizarse sin exageraciones, ya que se pueden maltratar.
Una vez terminada la higiene, y con la piel perfectamente seca, se debe aplicar dosis generosa de la misma crema o loción corporal hidratante y nutritiva que se utiliza habitualmente, así como realizar movimientos circulares suaves para ayudar a que el producto penetre en la piel.
Asimismo, es conveniente que siempre que se tenga la costumbre de hidratar las manos a lo largo del día, se repita dicho gesto en los codos. También en la noche, antes de dormir, es conveniente aplicar un poco de crema en esta zona y en las rodillas, para que puedan hidratarse durante la noche.
En casos extremos, como cuando la epidermis luce enrojecida y descamada por la resequedad, se procurará el uso de crema mucho más grasosa que ayude a mantener el equilibrio de humedad en la superficie de la piel. También una mezcla de aceites de almendras y germen de trigo en partes iguales constituye excelente alternativa hidratar; hay cosmetólogos que recomiendan incluso el uso de mascarillas humectantes en esta zona si el daño es severo.

Realizar una rutina semanal de exfoliación (eliminación de células muertas e impurezas acumuladas) en codos y rodillas es igualmente esencial, y para ello se debe recurrir a productos específicos para este fin. Su aplicación es sencilla y debe llevarse a cabo mediante enérgico masaje circular que desprenda las células muertas e impurezas de la zona pero sin excesos, pues no se trata de lijar la piel.

Si bien se comercializan productos muy buenos, es muy fácil elaborar un exfoliante en casa, sólo hay que mezclar una cucharada de crema de cacahuete, media cucharadita de sal de mar fina e igual cantidad de aceite de almendras; esta crema se aplica dando masaje en las áreas más duras de la piel durante unos cinco minutos y luego se enjuaga con agua tibia.

Para aquellas ocasiones en que además de resequedad hay oscurecimiento de la zona, se puede confiar en las propiedades del limón y realizar limpieza diaria en la región con su pulpa; la constancia permitirá obtener buenos resultados, y si se desea tener una respuesta más pronta se puede preparar una mezcla con propiedades hidratantes y blanqueadoras, elaborada con 100 gramos de pepino rallado y 50 mililitros de leche descremada, la cual se puede aplicar directamente.

Finalmente, conviene tener en cuenta que después de aplicar cualquier tratamiento en la piel no es conveniente exponerse a los rayos del Sol, pues los resultados pueden ser contraproducentes y generar manchas oscuras que requerirán otro tipo de atenciones.

Codos y rodillas de niños, caso aparte
Debido a su naturaleza inquieta o a que muchos de sus juegos consisten en desplazarse por el piso y en suelos de tierra, los infantes suelen sufrir resequedad en codos y rodillas. Es por ello que los padres deben inculcar costumbres encaminadas a que los pequeños cuiden de su apariencia para que, ante todo, sepan cómo mantener su cuerpo en buen estado.

La mejor manera de lograrlo es a través de explicaciones que los progenitores deben proporcionar sobre la importancia de contar con una piel saludable, no sólo porque ayuda a contar con adecuada presentación sino porque funciona como barrera contra microorganismos causantes de infecciones.

Asimismo, los infantes pueden aprender de manera inmejorable gracias al ejemplo que les proporcionen sus padres, principalmente en lo que respecta a dos pasos que deben memorizar en cuanto a su aseo personal: la limpieza en el baño y la protección a través del uso de cremas nutritivas e hidratantes. Debe recordarse que los niños imitan muchas de las actitudes de sus tutores, por lo que si éstos se muestran esmerados en su persona, los pequeños harán lo mismo poco a poco.

Debe considerarse que no hay por qué reprimir el juego de los pequeños, es mejor explicarles que una buena apariencia les permitirá ser aceptados por otras personas. Considere que si estas costumbres quedan bien establecidas desde temprana edad será mucho más fácil para cualquier niño adoptar otro tipo de reglas de conducta e higiene.

Ayudar desde adentro
La piel no sólo vive de atenciones externas, ya que su salud depende, en gran medida, del estado interior del organismo (desequilibrios nerviosos pueden afectar a la epidermis) y de la calidad de dieta que se lleve. Por ello, para mejorar el aspecto de codos y rodillas también es importante observar algunos cuidados alimenticios.

Por ejemplo, es conveniente ingerir alimentos ricos en vitaminas del complejo B, ya que en términos generales ayudan a mantener en buen estado al sistema nervioso. Algunos de los indicados son: carne, pan y cereales integrales, huevo, soya, levadura, leche, berenjena, col, chícharos, jitomate y nueces.

Aún más importantes son las fuentes de vitamina C, como limón, naranja, piña, fresa, kiwi, col de Bruselas, tomate verde, cebolla, lechuga, espinacas y apio, así como los productos ricos en vitamina E, tal es el caso del germen de trigo, aceites vegetales, maíz, arroz y nueces, que además de ser indispensables para la elasticidad del colágeno (sustancia que da sostén a la piel) y en general de las células de la epidermis, son sustancias que previenen el envejecimiento (antioxidantes).

Por último, sólo hay que añadir que es necesario consumir dos litros de agua por día, a fin de que la piel y, en general, el organismo, se encuentre bien hidratado y no se sufran problema de resequedad. Listo, estamos en condiciones de enfrentar este problema estético de la mejor manera; los requisitos son mínimos, sólo se requiere un poco de atención y dedicación a estas zonas del cuerpo que a veces olvidamos.