Acción Nacional frente a su realidad

Desde sus inicios el Partido Acción Nacional se definió como un instrumento ciudadano de corte humanista y liberal, sus fundadores pensaron en crear una institución doctrinaria, de sólidos principios y funcional, de tal forma la concibieron que sus documentos básicos tanto en su parte dogmática como orgánica han perdurado a través de los años; los primeros enriquecidos con la proyección de sus principios y, los segundos ajustados a la dimensión moderna, aunque siempre respetando las tradiciones democráticas..
En los albores de la organización panista y durante algunas décadas posteriores, llevo a cabo una persistente labor de concientización ciudadana; de oposición a un régimen autoritario; a la vez de propuestas en la construcción de un país moderno y democrático, en síntesis, comprendió su realidad histórica, entendía que bajo las prácticas de un régimen presidencialista era prácticamente impensable obtener triunfos electorales para acceder al poder y cambiar el estatus prevaleciente, si bien logró el reconocimiento de algunas victorias en ayuntamientos y eso, después de generalizados reclamos sociales en la localidad respectiva, ello era insuficiente; así comprendió y sobre ese punto enfocó sus esfuerzos como atinadamente lo afirmó Carlos Castillo Peraza, a conseguir un cambio cultural en México, bautizándola posteriormente como la «victoria cultural».
Las cosas cambiaron, el PAN creció, aumentó su militancia, ganó dos veces la presidencia de la República y, aunque ha tenido altibajos, muchos de ellos ganados a pulso, sigue siendo un referente obligado en el desarrollo del país.
Ahora se encuentra frente a su mayor desafío, el demerito de la actual administración y la crisis por la que atraviesa el país, ocasionan que el PAN esté nuevamente en el ánimo de muchos ciudadanos. Esa cuestión tiene una doble vertiente: mientras por un lado implica la oportunidad de regresar a la presidencia de la República cambiando el rumbo de México; por otra, se encuentra obligado a actuar con profunda responsabilidad, eso nos conduce a un cuestionamiento fundamental ¿cuál es el PAN que requiere México?.
Es obvio que las campañas internas para elegir el candidato a la Presidencia de la República ya comenzó desde hace tiempo y, esa dinámica provoca una lógica interna de confrontación, se despiertan las pasiones y se atrincheran los equipos. Es cierto y comprensible la anticipación de las mismas, dadas las condiciones del país, sin embargo, el riesgo latente de fragmentación que siempre está presente, debe eliminarse, pues una de las premisas esperanzadoras y de mayor vigor es la unidad, así como el retorno a la humildad, a las propuestas acompañadas de acciones y a poner por encima de los intereses personales o de grupos, el general y supremo interés de México.
Si el PAN es capaz de hacer bien las cosas, México saldrá ganando.