Réplicas aterrorizan a rescatistas en Italia

La tierra seguía temblando ayer en el Centro de Italia, donde más de cinco mil efectivos siguen excavando entre los escombros de los poblados arrasados la madrugada del miércoles por el sismo de 6.2 grados que hasta el cierre de esta edición había provocado la pérdida de 250 vidas y herido a 365 personas.

Una réplica fuerte de 4.3 grados de magnitud a inicios ayer por la tarde, de algunos segundos que parecieron una eternidad, generó terror entre los bomberos que trabajan en el Centro Histórico de Amatrice, emblema de la devastación.

El nuevo movimiento telúrico causó nuevos derrumbes y grietas y el campo deportivo de Amatrice, utilizado para las operaciones de socorro, tuvo que ser evacuado. Más de 400 réplicas se han sentido tras el temblor de 6.2 grados.

El Gobierno italiano decretó el estado de emergencia e informó que las tareas de búsqueda se detendrán sólo cuando estén seguras de que no se pueden localizar más personas.

El director de Protección Civil, Fabrizio Curcio, reconoció que teme que el número de muertos supere el de L’Acquila, en 2009, cuando más 300 personas perdieron la vida en otro devastador terremoto.

Se teme también por la vida de los huéspedes del célebre e histórico Hotel Roma de Amatrice, que estaba completamente ocupado por una fiesta tradicional en honor de la creación hace 50 años de la receta de espagueti a la “amatriciana”.

Las autoridades divulgarán nombres de los fallecidos, mientras los damnificados se preparan a pasar la tercera noche a la intemperie, con temperaturas por debajo de los 10 grados que alcanza en verano esa región montañosa.

La región, a 160 kilómetros de Roma, es lugar de paso de turistas, por lo que se teme encontrar muertos de varias nacionalidades.

El Gobierno desplegará expertos, historiadores y arqueólogos por toda la península para evaluar el patrimonio y establecer un calendario de obras de prevención, para impedir que pueblos de zonas de alto riesgo sísmico desaparezcan por un temblor.