Mientras al caer la noche el parte oficial daba cuenta de la pérdida de al menos 159 vidas por el sismo de 6.2 grados que devastó varias localidades del Centro de Italia, socorristas encontraban destellos de esperanza con el rescate de sobrevivientes atrapados bajo los escombros, lo que motivaba la intensificación de su búsqueda.
Protección Civil italiana informó que 100 personas fallecieron en la zona de la provincia de Rieti, donde se encuentra la localidad de Amatrice, que quedó completamente destruida. Mientras que otras 59 perecieron en las localidades de la provincia de Ascoli, sobre todo en los pueblos de Arquata de Tronto y Pescara de Tronto.
Sin embargo, Protección Civil señaló que el número de víctimas aumentará ya que se tiene constancia de que muchas personas quedaron bajo los escombros.
La situación más dramática se vive en Amatrice, donde viven normalmente dos mil personas, pero que en verano dobla su población con los viajeros y además había turistas por el fin de semana de la fiesta de la pasta “a la amatriciana”, un plato que tiene allí sus orígenes.
Entre los fallecidos hay numerosos niños y jóvenes, según el obispo de Rieti, Domenico Pompili, quien explicó que se trata de localidades donde vacacionan familias.
También hay decenas de niños entre los más de 368 heridos, sólo en los pueblos de Amatrice y Accumoli. “Hay muchos niños, muchos. Éstos son los lugares donde los romanos venimos con nuestros hijos; nuestras familias son originarias de estos lugares y había muchísimos abuelos con sus nietos”, confirmó la ministra de Sanidad, Beatrice Lorenzin.
Aunque con el pasar del tiempo disminuye la posibilidad de encontrar gente con vida, el último milagro se produjo pasadas más de 17 horas del terremoto, cuando en Pescara del Tronto fue extraída una niña de 10 años en aparentes buenas condiciones.