Entierran a uno de los yihadistas de Normandía cerca de París

El cuerpo de uno de los dos terroristas que mataron a un cura octogenario en Normandía el pasado 26 de julio fue enterrado en el cementerio de Puiseux-Pontoise, en la región de París, donde su familia tuvo una concesión ayer a la caída de la noche para buscar discreción.

La información la reveló hoy el diario «Le Parisien», que publicó varias fotografías en las que se ve -en la penumbra- a varios familiares y el féretro de Adel Kermiche, que fue tiroteado por la policía al igual que su cómplice Abdel Malik Petitjean, tras cometer el atentado en la iglesia de Saint Étienne du Rouvray.

El convoy funerario, compuesto por dos vehículos, llegó al cementerio a las 21:10 hora local (19:10 GMT) al cementerio, seguido por unas quince personas, y 50 minutos más tarde, cuando ya era noche cerrada, todos abandonaron el lugar.

Muestras de los esfuerzos para evitar toda publicidad son que la tumba es anónima, y que se cavó menos de tres horas antes del entierro, según «Le Parisien».

El presidente de la mancomunidad de Cergy-Pontoise, Dominique Lefebvre, justificó la autorización para que el joven yihadista de 19 años repose en su cementerio por razones puramente legales.

Lefebvre precisó que fue la familia la que lo solicitó y que como tenía una concesión en el camposanto, la mancomunidad «no hizo más que aplicar estrictamente la ley».

La comunidad musulmana de Saint Étienne du Rouvray -localidad donde vive esa familia- había manifestado su frontal oposición a que Kermiche fuera enterrado allí, y el responsable de la mezquita Mohammed Karabila, había evacuado esa posibilidad para impedir «ensuciar el islam».

El cadáver de Abdel Malik Petitjean, el otro asesino del anciano cura Jacques Hamel, se enfrenta a problemas similares para encontrar un lugar de sepultura.

Los alcaldes de las ciudades donde nació -Saint Dié des Vosges- y de donde vivió su familia durante cuatro años -Montluçon- han indicado que se negarán a dar su autorización.

La cuestión del enterramiento de yihadistas es una polémica que se repite en Francia desde que se planteó en 2012 para Mohamed Merah, conocido como «el asesino de Toulouse».

La normativa prevé que los ayuntamientos están obligados a dar su visto bueno al enterramiento de una persona cuando ha muerto en su municipio, cuando estaba domiciliada allí, si la familia dispone de una concesión en el cementerio o, para el caso de ser un francés residente en el extranjero, que fue vecino de la localidad.

Kermiche y Petitjean, además de degollar a Jacques Hamel, hirieron de gravedad a otro octogenario que asistía a la misa que estaba oficiando el cura de Saint Étienne du Rouvray.

Los dos murieron a tiros de la policía al salir de la iglesia donde mantuvieron retenidas como rehenes a varias religiosas. Según varios testigos, gritaban «Alah-u-akbar» («Alá es el más grande»).