Cuando tu orientación sexual puede costarte la vida

Considerar todo lo que se salga de la heterosexualidad algo “no natural” o incluso “contra natura”, cosa que ha ocurrido durante milenios en todo el mundo y que sigue ocurriendo en gran parte del mismo, es un buen ejemplo de lo poco preparados y habituados que estamos para luchar contra nuestros prejuicios y simplificaciones, y a procurar un pensamiento lógico, riguroso y tendente a la ciencia. Y, si a esto unimos la pretensión de controlar hasta las relaciones íntimas de las personas por parte de la sociedad o del poder, nos encontramos con el reino de la intolerancia, que muchas veces conduce a la violencia contra el diferente, y el terror del totalitarismo.

Las esferas de la sexualidad humana

Existe, y todos lo sabemos, una visión simplista que buena parte de la población alberga acerca de la sexualidad, esa que básicamente relaciona sexo, orientación sexual y reproducción en un bloque monolítico y heterocéntrico: lo único natural y aceptable es que los hombres se sientan atraídos por las mujeres y que las mujeres se sientan atraídas por los hombres pues, en caso contrario, la reproducción resulta imposible. Así, cualquier inclinación que se salga de este esquema debe ser calificada de aberrante. Pero esto, faltaría más, es erróneo, y la discriminación y la brutalidad que se suele derivar de ello, algo indignante.Esa visión simplista y errónea de la sexualidad humana con sexo, orientación sexual y reproducción en un bloque monolítico y heterocéntrico

En la sexualidad humana hay una mayor diversidad de la que las monomanías conservadoras y religiosas quieren ver, y en ella podemos encontrar diferentes esferas: la biológica, que se refiere al sexo de cada individuo, la psicológica, que determina la identidad y la orientación sexuales, es decir, si alguien se siente hombre o mujer y si le atraen hombres o mujeres al margen de su sexo, y la sociocultural, el género, o sea, el rol y el comportamiento que una sociedad dada considera apropiados para un hombre y una mujer.

Homofobia, transfobia y bifobia

Incluso estas distinciones son más complicadas de lo que parece, porque en la esfera biológica nos podemos topar con hermafroditas, con personas que han nacido con órganos sexuales masculinos y femeninos a la vez; y en la psicológica, con los transexuales, que han venido al mundo con un sexo, se sienten del otro y esto les causa sufrimiento, y que pueden ser también homosexuales al cambiarse de sexo mediante una operación; con diferentes grados de bisexualidad e incluso con gente que, siendo heterosexuales u homosexuales en principio, en ocasiones se sienten atraídos por alguien del sexo desacostumbrado y mantienen algunas relaciones sexuales inversas.Somos lo suficientemente complejos como para haber sido capaces de separar las relaciones sexuales de las intenciones reproductivas

Y hasta podemos dar con algo que trasciende la esfera psicológica y la de género, como aquellos individuos a los que les gusta travestirse, esto es, ataviarse de la forma en que la sociedad establece que ha de hacerlo el sexo contrario, hecho que no tiene relación alguna con la identidad ni la orientación sexuales de estas personas: por ejemplo, la mayoría de los travestis son heterosexuales. Además, igual que otros animales, somos lo suficientemente complejos como para haber sido capaces de separar las relaciones sexuales de las intenciones reproductivas, y parafraseando a Shakespeare, hay más en la tierra de la sexualidad humana de lo que puede soñar la filosofía acientífica y conservadora, y nada de todo esto es ni mucho menos aberrante, tal como no lo es la variedad cromática de nuestros ojos.

La intolerancia sexual en el mundo

Occidente ha dado pasos de gigante en las últimas décadas para el avance de la tolerancia hacia la diversidad sexual, y los movimientos sociales de la comunidad LGTBI (lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales) han sido los principales alentadores de esta evolución sociopolítica. La reforma de las leyes en su favor es uno de esos pasos; por ejemplo, la legalización del matrimonio gay.

Marcha contra la homofobia en México
Marcha contra la homofobia en México

Únicamente veintitrés países de los 206 que hay en el mundo han llevado a cabo este trámite o lo harán en breve, y son Argentina, Bélgica, Brasil, Canadá, Colombia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Irlanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, México, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Sudáfrica, Suecia y Uruguay. Si bien otros también cuentan con figuras legales de reconocimiento que, de todos modos, no se pueden equiparar en derechos al matrimonio, y son Alemania, Andorra, Australia, Austria, Chile, Chipre, Croacia, Ecuador, Eslovenia, Estonia, Grecia, Hungría, Israel, los distritos de Segataya y Shibuya en Tokio, la capital de Japón, Liechtenstein, Luxemburgo, Malta, República Checa y Suiza.Hasta en los países más tolerantes se sufren comportamientos discriminatorios y agresiones a personas por la identidad o la orientación sexuales.

Hay que decir, sin embargo, que en la reciente aprobación de las uniones civiles homosexuales en Italia, equiparadas en derechos a las heterosexuales menos para adoptar hijos, no se ha utilizado el término ‘matrimonio’ para, dicen, no ofender a la gente religiosa que lo considera un sacramento, como si la idea y el término no existiesen mucho antes que su propia religión y como si el significado de las palabras no evolucionara y además estas les perteneciesen o algo así. Y que, incluso en los países más tolerantes con la homosexualidad según el análisis de cuarenta realizado por el Pew Research Center, que son España, en primer lugar con un seis por ciento de intolerancia, y después Alemania, Francia, República Checa, Canadá, Reino Unido, Australia, la misma Italia, Argentina y Japón, aún se sufren comportamientos discriminatorios y hasta se producen agresiones a personas por su identidad o su orientación sexuales.

En la otra punta, la de la más abyecta intolerancia con los homosexuales, tenemos a Pakistán, Kenia, Malasia, Túnez, Indonesia, Uganda, Palestina, Egipto, Jordania y, sobre todo, Ghana, con un noventa y ocho por ciento de intolerantes. En China sucede algo curioso: pese a que el sesenta y uno por ciento de sus habitantes rechaza la homosexualidad y los derechos del colectivo LGTBI son escasos, esta fue eliminada de su lista de enfermedades mentales en 2001, y la sexóloga Li Yinhe cuenta que “encuentran la transexualidad más aceptable que la homosexualidad” porque, equivocadamente, definen a un transexual “como un heterosexual atrapado en un cuerpo equivocado”.

Mapa de la homofobia
Mapa de la homofobia

La Confederación Española LGBT COLEGAS comenzó una campaña en 2014, llamada Don’t Go There, para denunciar las leyes homófobas de veintidós países y que el colectivo LGTBI no los visiten por ninguna razón. En 2013, Rusia prohibió toda manifestación pública de la diversidad sexual; India había sacado la homosexualidad del Código Penal en 2009, pero la recriminalizó en 2013; en Jordania se detiene a los homosexuales sólo por que se reúnan; en Egipto se les mete en la cárcel; en Senegal se les encierra seis meses como mínimo en prisión, y en Gambia, hasta catorce años.En 13 países del mundo hay pena de muerte para los homosexuales, y en 75 el colectivo LGTBI está perseguido

En Siria, la guerra ha propiciado el terror contra las personas homosexuales; en Uganda impera una ley desde 2014 por la que se les sentencia a cadena perpetua, la misma que pretenden aprobar en Zimbabue; en los Emiratos Árabes Unidos les sancionan, les encarcelan, les condenan a pena de muerte en ocasiones y deportan a extranjeros de tal condición; en Nigeria se da latigazos a los solteros y se mete en la cárcel y se ajusticia a los casados; en unas zonas de Somalia hay penas de cárcel para ellos, y en otras, de muerte.

En Arabia Saudí se les multa, se les encarcela, se les ingresa en instituciones mentales, se les dan palizas, se les realizan amputaciones y se les ejecuta públicamente; en Pakistán, Sudán, Sudán del Sur y Yemen se les castiga con cien latigazos o la lapidación; en Afganistán, Brunéi y Mauritania se lapida a quienes mantienen relaciones homosexuales; y en Ghana hasta hay grupos organizados que se dedican a cazarles para agredirles e incluso asesinarles, como en Irán, donde la policía también se ocupa de ello. Y en otros cincuenta y cuatro países de todos los continentes excepto Europa, como Argelia, Barbados, Iraq, Jamaica, Libia, Marruecos, Papúa Nueva Guinea o Túnez, la homosexualidad también está perseguida. Son estos lugares en los que, dentro o fuera de la ley, tener una orientación sexual diferente a la mayoritaria puede costarle a uno la vida.