Dominio del tenis estadounidense en una Roma sin genuina reina. Se juegan últimos boletos a París.

Si de fidelidad al cliente se trata, el primer logro del año de Serena la número uno tiene su validez. Tres veces campeona en Roma (2002, 2013 y 2014), la dueña de New York, aunque es de Michigan, vuelve a las canchas para taponear el avance de mejores prospectos. Este domingo, en el Foro Itálico, se erigió campeona sobre una alegre, relajada y llena de confianza Madison Keys, vigésima cuarta en la clasificación mundial, por 76 (5) y 63 en 84 minutos de duración, en un duelo «All American» por la final del Internazionali d’Italia que reparte 2.400.000 euros en premios en el cuadro femenino.
Pero si de autenticidad deportiva se trata, la Williams se lleva una corona bastarda. Aunque también da una lección a sus colegas europeas. Resulta que en 2015 la emperatriz indiscutible de Roma fue Maria Sharapova, triunfo en torno al cual se agrupó la élite rumbo a Roland Garros. De ese ramillete compacto surgiría Timea Bacsinszki, suiza que quince días después le disputara el máximo galardón europeo a la norteamericana en París, dominio de la referencial rusa Masha en 2012 y 2014. Casi un año después, la campeona de color cambia su estrategia: desdeñosa, ni un parpadeo ante la defenestracion legaloide de María, en contraste con un Djokovic – también número uno- que por todos los medios mostró su indignacion, aunque Nadal y el hoy vencedor de Nole en Roma, el escocés Murray, pidieron la cabeza de la hermosa.
Durante la tormenta, Williams perdió todo lo que jugó, refirió molestias físicas desde musculares hasta gripales, cesó de apoyar a la pandilla checa que tanto le ayudó a destruir al top 10, se alió con las rumanas de Simona Halep -hay 5 jugadoras balcánicas en el circuito- y en la última gran escala previa a Roland Garros, la número uno del mundo no tuvo compasión ante Irina Camelia Begu (35): la estadounidense venció a la rumana por 64 y 61 en apenas una hora y 27 minutos de juego, mientras la Halep fue echada desde primera ronda. Misma suerte de las últimas consentidas del circuito, Aga de Polonia y Angelique de Alemania. Ambas derrocharon tanto esfuerzo en la transición anual, como para llegar a Madrid bastante agotadas y en Roma caer desfallecidas. La estrategia triunfó: cual John Knox pidiendo la cabeza de María Estuardo, el comité de dopaje avanza con las reglamentaciones en contra del imperio de Sharapova -movida usual en la guerra de capitales- y la saca del circuito. La imagen del poder simbólico del tenis europeo es mancillada de tal manera, como para que el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, hiciera pública y mundial su queja por el trato a su ciudadana, principal carta de Federación Rusa de cara a Río de Janeiro.
Luego, una a una, hasta llegar a la mismísima Petra Kvitova, las peones checas fueron relegándose ( eso sí, muy contentas con su Fed Cup), hasta que llegaron las rumanas y se apoderaron de Madrid. En menos de un mes, el frágil top 10 sin Sharapova terminó desmoronándose. La impávida uno del mundo pudo regresar con el camino allanado. ¿Pero ante quien? La campeona defensora del Foro Itálico está castigada, y aunque el trauma histórico de siempre ser derrotada por Serena prevalece, el tradicional choque debió haberse dado. Pero el mismo Putin fue muy claro en su queja: «no acepto teorías conspiratorias», y se fue contra su ministro de deportes, en un país en el que estos SON ASUNTOS DE ESTADO.
En el partido con el que se dio colofón al Internazionali, el encuentro comenzó igualado, con una Keys que luchó cada uno de los puntos sin amedrentarse por lo que tenía enfrente, con una sonrisa impresa y una gracia kinetica que bien le sienta a su delgado cuerpo. Incluso la nativa de Illinois, de 21 años, tuvo el primer game del Match, ventaja que se diluyó a partir del sexto juego donde cometió dos doble faltas, hasta llegar a la muerte súbita donde Williams se llevó el primer set. A partir de ese momento, la confianza de Keys fue decayendo y el ritmo de la reina del kitsch se incrementó, por lo que tras una hora y 24 minutos de duración y con un 63 en la segunda manga, la de color se hizo con el partido y la final en el Foro Itálico.
ÚLTIMOS TRENES
A PARÍS
A una semana del arranque de Roland Garros, se reparten en Nuremberg y Estrasburgo los últimos boletos para el climax tenístico europeo. Pocas campeonas se acercan a estos certámenes, pero la genuina guerrera Roberta Vinci (7) honra a la élite con su participación en Nuremberg en busca de su preclasificación. Por el momento, sobreviven en Alemania la guapa ucraniana Lesia Tsurenko y las norteamericanas Irina Falconi y Nicole Gibbs, estas últimas supuestamente apuntadas para la qualy francesa, en otro indicio de que el tenis norteamericano ya está en Europa.
Finalmente, en la frontera de las culturas francesa y alemana, el Internationaux de Strasbourg también ha despegado, llevando como cabezas de serie a la otra amazona italiana, Sara Errani, y a la campeona de Acapulco, la linda Sloane Stephens. Este domingo la despampanante francesa 28 del ranking, Kristina Mladenovic, paró su mala racha de caídas en primera ronda de Stuttgart, Madrid y Roma y reivindicó el tenis europeo ante la estadounidense Madison Brengle (68) con score batallado de 64, 26 y 75. También se despidió la francesita Alize Cornet, que no da raqueta con bola desde Hobart y peligra su clasificación a París. Por Rusia, avanzó desde la qualy la novata Alla Kudryavtseva y por la avanzada de Estados Unidos, la campeona de Nashville, en el profundo sur, Alison Riske, número 88.