Cáncer de ovario: síntomas que no debes ignorar

Con apenas seis letras, esta palabra provoca gran temor y desesperanza; sin embargo, actualmente la ciencia está más preparada que nunca para enfrentar con éxito al cáncer, sobre todo si se diagnostica oportunamente.
Cada una de las células de nuestro cuerpo tiene ciertas funciones; las normales se dividen en forma ordenada y mueren si se desgastan o dañan, por lo que son sustituidas por nuevas.
El problema surge cuando crecen sin control, pues al alterarse el equilibrio de división y muerte celular, se forman tumores (pueden ser malignos o benignos); así, las células dañadas invaden tejidos a su alrededor o, incluso, se trasladan (a través del sistema sanguíneo y linfático) a otras partes del organismo (proceso llamado metástasis); en estos casos, los médicos refieren cáncer y dependiendo del sitio donde se origina, es el nombre que lo define.
Si el crecimiento descontrolado ocurre en las células del ovario, se habla de cáncer de ovario, trastorno que se diagnostica en casi 250 mil mujeres al año en el mundo (4 mil 500 en México, según el Instituto Nacional de Cancerología), la mayoría de ellas mayores de 40 años, aunque en edades anteriores también puede desarrollarse.
Tipos de cáncer de ovario
Los ovarios son glándulas que generan los óvulos para la reproducción y son la principal fuente de las hormonas femeninas, es decir, estrógeno y progesterona.
Ubicados en cada lado del útero en la pelvis, los ovarios están compuestos por tres tipos principales de células, lo que determina el origen de diferentes formas de cáncer ovárico:
Tumores de células epiteliales: nacen en las células que cubren la superficie externa del ovario (la mayoría de cánceres ováricos son de este tipo).
Tumores de células germinales: se originan de las células que producen los óvulos.
Tumores estromales: afectan a las células estromales, las cuales producen las hormonas femeninas.
Detección de tumores ováricos, Señales de cáncer de ovario
Es importante señalar que los tumores ováricos epiteliales se denominan tumores de bajo potencial maligno porque no suelen provocar problemas graves; se diferencian de los tumores ováricos típicos porque no crecen hacia el tejido de sostén del ovario (llamado estroma ovárico). Además, tienden a afectar a mujeres jóvenes en comparación con los cánceres ováricos típicos.
Factores de riesgo del cáncer de ovario
Aquello que aumenta la probabilidad de que una mujer desarrolle cáncer de ovario los médicos lo identifican como factor de riesgo. No obstante, es importante señalar que el hecho de que se presente, no significa necesariamente que la mujer enfrentará la enfermedad; de igual forma, estar libre de cualquier factor de riesgo no evita que el cáncer aparezca.
Los siguientes factores pueden elevar el riesgo de desarrollar cáncer de ovario:
Edad. Cualquier mujer tiene riesgo de cáncer de ovario, pero las mayores de 50 años son más propensas a desarrollarlo.
Antecedentes familiares. En las personas con un pariente de primer grado (madre, hija o hermana) con cáncer de ovario se triplica el riesgo de desarrollar la enfermedad; el peligro aumenta si a dos o más familiares de primer grado se les ha diagnosticado la enfermedad.
Genética. Entre 10% y 15% de los cánceres de ovario se producen debido a una mutación genética (cambio) que ha sido transmitida dentro de una familia. Una mutación en el gen BRCA1 o el BRCA2 está asociada con un aumento en el riesgo de cáncer ovárico.
Obesidad. Las mujeres que fueron obesas en los primeros años de la edad adulta tienen 50% más de probabilidades de sufrir cáncer de ovario.
Endometriosis. Esta condición se identifica cuando el revestimiento interior del útero crece fuera del útero y afecta a otros órganos cercanos. Si está presente, eleva el peligro de desarrollar tumores ováricos.
Cáncer de mama. Tener un diagnóstico de este tipo de cáncer aumenta el riesgo de cáncer de ovario.
Antecedentes reproductivos. Las mujeres que nunca tuvieron hijos, que presentan esterilidad sin razón aparente (la imposibilidad de procrear), que no tomaron píldoras anticonceptivas o que tuvieron su primer hijo después de los 30 años tienen un riesgo mayor de sufrir cáncer de ovario. Lo mismo ocurre en quienes iniciaron la menstruación antes de los 12 años de edad y/o atraviesan la menopausia más tarde en la vida.
Hormonas. Las mujeres que han tomado la terapia de reemplazo hormonal solo con estrógenos después de la menopausia adquieren mayor riesgo.
Quistes ováricos. Un quiste es un saco lleno de líquido que se forma sobre o dentro de un ovario; es frecuente que se desarrollen en mujeres que están menstruando y que desaparezcan. Sin embargo, quienes atraviesan la menopausia corren peligro de sufrir complicaciones, pues un quiste en esta etapa tiene mayor riesgo de convertirse en cáncer, por lo que debe ser evaluado por un médico para evitar complicaciones.
Síntomas del cáncer de ovario
Aquí es donde hay que poner mucha atención, pues aunque anteriormente se creía que la enfermedad no causaba síntomas, se ha demostrado que las mujeres con cáncer de ovario suelen presentar los siguientes signos (incluso si el trastorno está en una etapa inicial):
Distensión o inflamación abdominal.
Dolor pélvico.
Dificultad para comer o sensación de saciedad que aparece rápidamente.
Síntomas urinarios, como urgencia o frecuencia.
Fatiga.
Indigestión.
Dolor de espalda.
Dolor durante las relaciones sexuales.
Estreñimiento.
Ciclos menstruales irregulares.
Crecimiento excesivo del vello (hirsutismo).
Quistes ováricos.
Como puedes ver, es igualmente posible que estos síntomas estén causados por otra afección, por lo que si te preocupan uno o más de los signos descritos, pues los tienes de forma persistente, acude al médico para someterte a una evaluación que permita identificar el origen del problema y el tratamiento, en caso de ser necesario.

Asimismo, debes tener presente que el hecho de realizarte periódicamente el Papanicolaou (permite detectar el cáncer de cuello uterino) no significa que los datos obtenidos advertirán la presencia de cáncer de ovario, pues este método no ayuda a identificarlo (su objeto de estudio es el útero, no los ovarios).

Por tanto, es importante que el médico determine las pruebas necesarias para diagnosticar o descartar tumores en los ovarios.

Exámenes para detectar cáncer de ovario
Las dos pruebas que se usan con más frecuencia para detectar la enfermedad son:

Ecografía transvaginal (TVUS): se trata de estudio que usa ondas sonoras para examinar útero, trompas de Falopio, y ovarios mediante la colocación de una sonda o transductor de ecografía en la vagina. Este examen puede ayudar a encontrar una masa (tumor) en el ovario, pero no puede indicar con precisión si una masa es cancerosa o benigna.
Prueba de sangre CA-125: en muchas mujeres con cáncer de ovario, los niveles de la proteína CA-125 en la sangre están elevados, por lo que esta prueba puede utilizarse como marcador tumoral para saber si el tratamiento está surtiendo efecto.
Tratamiento del cáncer de ovario
Generalmente los médicos ofrecen a la paciente la alternativa de un tratamiento único o la combinación de varios, siendo los más frecuentes la cirugía y la quimioterapia.

Es importante señalar que las opciones dependen del tipo y estadio del cáncer, los efectos secundarios posibles, las preferencias de la paciente y su estado de salud general, como también las consideraciones personales, por ejemplo, la edad de la mujer y si planea tener hijos.

En cuanto a la cirugía, a menudo es la principal arma contra el cáncer de ovario (sobre todo porque permite averiguar el alcance completo de la enfermedad). Hay varias opciones quirúrgicas, pero las más frecuentes son:

Salpingo-ooforectomía: consiste en la extirpación de los ovarios y las trompas de Falopio.
Histerectomía. El cirujano realiza la extirpación del útero y, si es necesario, del tejido circundante.
Además, si el médico lo determina, es posible recurrir a la quimioterapia, es decir, al uso de fármacos para destruir las células cancerosas, lo que se consigue al inhibir su capacidad para proliferar y dividirse.

Tanto el médico como la paciente acuerdan el tratamiento que se utilizará para combatir la enfermedad.

¿Se puede prevenir el cáncer de ovario?
Si bien no existe una forma comprobada de prevenir por completo esta enfermedad, los expertos de la salud consideran que los siguientes puntos pueden ayudar a reducir el riesgo:

Tomar píldoras anticonceptivas. Las mujeres que tomaron anticonceptivos orales durante tres años o más tienen 30% a 50% menos de probabilidades de contraer cáncer de ovario.
Lactancia materna.
Embarazo.
Cirugías. Las mujeres que se han sometido a una histerectomía o a una ligadura de trompas de Falopio pueden tener un riesgo menor de desarrollar cáncer de ovario, especialmente en personas con mutaciones en el gen BRCA1 o BRCA2, el cual provoca entre 5% y 10% de todos los tipos de cáncer de mama y 15% de todos los tipos de cáncer de ovario.
A menudo, el cáncer de ovario en etapa inicial no causa síntomas, y cuando éstos aparecen, la mayoría de veces es porque el problema ya se haya propagado más allá de los ovarios.

Por ello es importante que si detectas molestias o signos irregulares por varios días, los atiendas sin demora; recuerda que las probabilidades de que la enfermedad se diagnostique en sus etapas iniciales y se trate con éxito podrían ser mayores. ¡No pierdas tiempo!