A veces nos asombramos ante muchas parejas perfectas como algunos matrimonios de Hollywood, por ejemplo o sin ir más lejos, parejas de nuestro entorno que llevan ya juntos o casados lo que nos parece una verdadera una eternidad.
¿Treinta, cuarenta años ya? Algo increíble… ¿Cómo lo habrán logrado?
Cada pareja o matrimonio mantiene desde el principio una “reserva” de buenos sentimientos e intenciones y aquellas que vuelven a rellenar regularmente esta reserva a base de pequeños gestos y detalles son las que mejor resisten el paso del tiempo y los embates de las crisis periódicas que sin duda afectan.
1. Que la otra parte reciba toda tu atención
Hay que mostrar respeto hacia la pareja cuando estamos con ella. Eso se refleja en pequeños detalles que quizás nos pasan desapercibidos pero que ocurren a diario.
Por ejemplo, escucharla y no centrarnos exclusivamente en nuestro móvil cuando estamos juntos, hacer gestos de asentimiento cuando nos hablan y en realidad estamos mentalmente a años luz o pensando en nuestras propias cosas y preocupaciones.
Para mantener la estabilidad de una relación hay que estar presente en ella y centrarse en el otro prestándole toda la atención que espera y se merece.
2. Que el contacto físico cariñoso y
regular sea
algo prioritario
Se puede discutir hasta el infinito sobre la importancia del sexo en una relación, pero lo que nadie discute es la importancia de mostrar regularmente nuestro cariño mediante caricias y gestos.
Abraza a tu pareja, coge su mano, frótale los pies, ráscale la cabeza… el cómo no tiene importancia y varía de pareja en pareja.
Cuando se conecta físicamente, incluso con contactos físicos aparentemente tan mínimos como estos, se están reafirmando de una forma primaria y poderosa los lazos de unión entre los dos.
3. Haz pequeños
favores
Muchas parejas, después de la primera cita, se olvidan de las maneras y pasan a creer que ya no es necesario hacer pequeños gestos que agraden al otro. Pero este tipo de “favores” vuelven a llenar lo que llamamos anteriormente el tanque de la relación.
Es tan simple como hacerle café o té sin que lo pida, preparar de vez en cuando algo que le guste especialmente o incluso realizar alguna actividad doméstica que él o ella detesten especialmente hacer.
4. Es importante expresar siempre gratitud
El día de la boda se pronunciaron los votos más solemnes y emotivos posibles, pero al poco tiempo nos olvidamos de decir a nuestra pareja que sí, que seguimos siendo felices con él o ella y que le damos las gracias por compartir su vida con nosotros y viceversa.
Haz ver cada día que eres su pareja para todo, en lo bueno y en lo malo y dale de vez en cuando las gracias por ello.
5. Llamaos de vez en cuando simplemente porque sí
Muchas parejas –especialmente cuando ambos están muy ocupados- terminan comunicándose solamente cuando se plantea un problema para acompañar a los críos al colegio, llevar a alguno al médico o alguna factura que abonar urgentemente, por ejemplo. Sin caer en el otro extremo, el agobio, las parejas felices no se llaman o se mandan mensajes sólo por un determinado motivo concreto.
6. Ligoteo, aunque ya estéis casados
Da igual cuánto tiempo llevéis juntos ya, a tu pareja le encantará que de vez en cuando le recuerdes por qué la encontraste irresistible.
Las parejas felices y duraderas nunca finalizan el cortejo por el simple hecho de pasar a vivir juntos de una forma estable después de la boda.
7. Trabajar juntos en un proyecto común
Una pareja feliz sabe lo que significa el trabajo de equipo. Por proyecto en equipo entendemos desde cosas tan simples como poner la mesa correctamente, pasando por una compra hasta compartir un hobby complicado entre los dos.
8. Pasároslo bien
Por hacer el tonto de cuando el cuando no pasa nada y además os moriréis de risa y la risa es terapéutica porque reduce los efectos del estrés.
La vida diaria ya de por sí es muy dura y mantener una relación de pareja contra viento y marea tampoco es que sea precisamente fácil, razón de más para no ir de serios hasta la médula por ella.
9. Perdonar ciertas cosas es vital
Los pequeños resentimientos tienen la peculiaridad de ser como las bolas de nieve, que si no se paran, no dejan de rodar y rodar y crecer. Si son pequeñas cosas las que causan el resentimiento, déjalas correr.
Las parejas felices y duraderas se plantan y se dicen las cosas a la cara en batallas bastante más duras y frecuentes de lo que tendemos a creer. Pero estas batallas tienen razones de más fundamento.
10. Apoya las
esperanzas y sueños de tu pareja
Una pareja a la que no le importen mucho o nada tus sueños, metas y objetivos vitales no te está haciendo un gran favor al no meterse en eso.
Las parejas felices se proporcionan un apoyo mutuo también en los planes de cada uno.
Se hacen preguntas, hablan de ello, escuchan, opinan, animan y sobre todo, están ahí para ti, tanto en los éxitos como en los tiempos malos o si las cosas no salen como se esperaba.
Una buena relación de pareja no es algo que cae del cielo.
Incluso cuando al principio hay la mayor de las químicas posible entre ambos y la mejor de las intenciones, una relación verdadera y estable en el tiempo necesita ser alimentada, abonada todos y cada uno de los días, de lo contrario se apaga.
No se trata de agobiar, ni de ser posesivos o pesados. Se trata simplemente de tener gestos pequeños, muchas veces mínimos, pero reconfortantes.
