Quimioterapia; lo que debes saber

Las células de nuestro cuerpo regulan su desarrollo a través de un mecanismo que puede fallar, al ocurrir provoca que algunas células crezcan sin control alterando su estructura genética y causando propensión al cáncer. El proceso puede acelerarse por factores como contaminantes químicos, virus y luz solar, entre otros, y las posibilidades se multiplicarán si el individuo sigue malos hábitos (fumar o beber alcohol) o tiene familiares con antecedentes del padecimiento.
Una sola célula afectada puede reproducir millones de células cancerosas que irán formando una masa de tejido conocida como tumor. Cuando éste tiene un billón de células cancerosas tendrá un peso aproximado de ½ kg, y si no se detiene seguirá creciendo, invadirá órganos adyacentes (metástasis) y se propagará por el cuerpo. Se ha comprobado científicamente que las células que no han sido afectadas no pueden impedir que las dañadas sigan multiplicándose.
El crecimiento de células cancerosas puede alcanzar 5 cm entre 8 y 10 años, tiempo en el que puede haber daños considerables. «De ahí la importancia de que este problema se detecte en etapas tempranas, cuando mejor se puede actuar para erradicarlo», comentó el Dr. Rubén Herrera Aguilera, especialista en Oncología (especialidad médica en el estudio del cáncer).
Durante muchos años la palabra cáncer remitía a una idea fatalista, pero actualmente la ciencia ha permitido que ello se modifique. «Debemos dejar claro que todavía no hay cura para este padecimiento, pero la Oncología ha dado importantes avances, desde técnicas de diagnóstico hasta tratamientos, de manera que los tiempos de supervivencia han aumentado».
¿Qué es la quimioterapia?
«Del total de casos de cáncer 25% se alivian, 50% se controlan y el 25% restante no tienen cura, pero puede mejorarse considerablemente la calidad de vida del paciente», indica el especialista. Una de las herramientas para lograrlo es la quimioterapia o uso de medicamentos para combatir y prevenir el crecimiento, multiplicación y diseminación de células cancerosas.

Los fármacos de la quimioterapia que emplea la ciencia son más de 100; la prescripción de uno o varios de ellos dependen del tipo de problema, localización y estado general de salud del paciente. Algunos de sus tipos de administración más comunes son:
Formas de administración de quimioterapia, Efectos secundarios de la quimioterapia
Inyección intravenosa. Debe ser aplicada por un especialista en consultorio médico, hospital o clínica. Permite rápido ingreso del medicamento en el torrente sanguíneo, que se encarga de transportarlo por todo el cuerpo. Es la más común de las formas de administración de quimioterapia y puede durar desde pocos minutos hasta unas horas. Puede emplearse catéteres «permanentes» para no pinchar al paciente cada vez que se tiene una sesión (cuando no se utiliza es cubierto por un tapón de heparina, material que evita la coagulación de la sangre y que es de fácil remoción). Cabe destacar que algunos fármacos de la quimioterapia pueden irritar, inflamar e, incluso, quemar las venas (flebitis), la cual se manifiesta con dolor y endurecimiento de las mismas.
Vía oral. Permite al enfermo no salir de casa, estos medicamentos están recubiertos por una capa protectora que se rompe con los jugos digestivos del estómago. Los ácidos gástricos disuelven la capa protectora y liberan el medicamento, que luego es absorbido por las paredes del estómago.
Un criterio importante para elegir cualquiera de las vías de administración es la característica de las venas. Si son muy delgadas no se recomienda la opción intravenosa, ya que las sustancias pueden romperlas fácilmente y causar quemaduras en los tejidos vecinos.

Asimismo, las sesiones de quimioterapia pueden ser diarias, semanales o mensuales, lo cual variará según las características del cáncer y la reacción del paciente a los medicamentos.

Efectos secundarios de la quimioterapia
El primer objetivo de los medicamentos empleados en quimioterapia es detener el rápido crecimiento y reproducción de las células cancerosas. Lamentablemente esto puede afectar a células normales, lo que causa efectos secundarios indeseables, pudiendo variar de un paciente a otro.

En ocasiones algunas de estas secuelas se presentan sólo cuando se combina la quimioterapia con otras medicinas, con ciertos alimentos o con el alcohol, por lo cual el médico debe informar al paciente qué puede consumir durante el tratamiento.

Algunos de los principales efectos secundarios de la quimioterapia y su tratamiento son:

Náuseas. Sensación de estómago inestable que al contacto con alimento puede desencadenar vómito, debido a esto, muchas personas también suelen presentar pérdida de peso. Se puede optar por comer pequeñas cantidades varias veces al día o consumir alimentos que mejoran náuseas (nieve de limón, líquidos helados o galletas saladas); mantener habitaciones libres de olores desagradables o de alimentos cocinándose. Aunque se sienta náuseas, no se debe suspender la medicación, se tiene que cumplir con horarios y tiempos señalados de administración.
Agotamiento. La fatiga después de la quimioterapia es un efecto indeseable característico, por ello se recomienda descansar después del tratamiento y seguir un régimen alimenticio saludable, además de ingerir mayor cantidad de proteínas y calorías.
Alopecia. La caída del cabello por quimioterapia es propiciada por algunos medicamentos. Aunque el cabello se recupera después de aproximadamente cuatro semanas finalizado el tratamiento (más delgado y quebrado, pero con mejoría al pasar el tiempo), algunas personas sufren calvicie, por lo que es conveniente prepararse con pelucas, pañoletas, sombreros, boinas o gorras.
Lesiones en boca. La quimioterapia suele causar sensibilidad en boca y garganta, por lo que se aconseja a pacientes que consulten al dentista antes de comenzar el tratamiento, quien les puede enseñar la mejor manera de limpiar dientes y encías, y puede sugerir cómo aliviar el malestar de las lesiones en la boca por quimioterapia.
Afecciones en médula ósea. Algunas sustancias pueden provocar daños a esta estructura responsable de producir la sangre, lo que afecta glóbulos blancos (defensas del organismo contra las infecciones), y plaquetas, las cuales al ver mermada su cantidad (trombocitopenia) disminuyen el control de las hemorragias, lo que se manifiesta en sangrado persistente de heridas o facilidad para crear moretones o petequias (hemorragias rojas del tamaño de la cabeza de un alfiler en piernas o interior de boca). Lo indicado es evitar actividades que impliquen riesgo de heridas, como jardinería o deportes de contacto; si sufres alguna, por insignificante que parezca, lávate inmediatamente con agua y jabón, aplica presión en el sitio durante al menos 10 minutos, en tanto recibe atención médica (no te autorrecetes). Si tienes sangrado de nariz, presiona las fosas nasales mientras permaneces sentado o de pie, y aplica hielo envuelto en un paño sobre la frente.
Anemia. Suele presentarse por disminución de glóbulos rojos y se caracteriza por debilidad, somnolencia, dolor de cabeza, fatiga, falta de aire y palpitaciones. Cuando se presenta, algunos pacientes requieren transfusión de sangre, aunque la mayoría sale adelante con suplementos alimenticios prescritos por el médico.
Cabe destacar que puede ocurrir infertilidad por quimioterapia (temporal o permanente), por lo cual es conveniente informarse sobre los medicamentos previamente con el oncólogo. También es posible observar piel reseca y uñas oscurecidas, efectos que como la mayoría de los anteriores desaparecen cuando termina el tratamiento y las células sanas tienen la oportunidad de reproducirse para alcanzar su nivel normal.

Por otra parte, la quimioterapia durante el embarazo puede resultar en serias malformaciones o muerte del neonato; por lo que se recomienda evitar el embarazo durante el tratamiento. No obstante, la quimioterapia no es impedimento para llevar una vida sexual completa y satisfactoria.

Es común que los pacientes experimenten cambios de humor por la quimioterapia como sentimientos de temor, enojo y depresión. Es por ello que los pacientes y sus familiares o amigos cercanos deben aprender a reducir la angustia y tensión que sienten, en ocasiones mediante terapia grupal.

Aunque los efectos secundarios de la quimioterapia pueden llegar a ser insoportables, el paciente debe ser constante y disciplinado, pues la quimioterapia tiene un ciclo de vida que si no se respeta puede causar problemas; en otras palabras, no se debe faltar a las citas ni hacer caso omiso a instrucciones del médico, ya que el terreno ganado puede perderse por descuidos y el cáncer puede hacerse presente nuevamente.