El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, dijo ayer, durante el cierre de campañas, que intentará formar una alianza con otros conservadores para impedir que surja un gobierno de izquierdas después de las elecciones de mañana.
Las encuestas indican que ningún partido obtendrá la mayoría, lo que obligaría a cuatro partidos principales a aliarse para formar gobierno. Lo más probable, de acuerdo con los sondeos, es que el Partido Popular (PP) de Rajoy sea el más votado, pero que pierda la mayoría que posee actualmente, de 186 escaños.
Rajoy, quien anteriormente se había negado a hablar de alianzas, dijo a radio Cope que buscará ayuda para impedir que se imponga una coalición de los dos principales partidos de izquierdas o de ocho o más grupos, que consideró sería perjudicial para España.
El PP y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se han alternado en el poder durante más de tres decenios y la elección de mañana aparece como la primera en la que otros partidos presentan retos serios.
Rajoy espera que el logro de su gobierno de volver al crecimiento económico tras recesiones consecutivas durante el periodo de crisis de 2008 a 2013 ayude a mitigar la caída en la popularidad.
Pero un desempleo de 21 por ciento y el desencanto de los españoles con el manejo de la crisis por los dos principales partidos, además de numerosos casos de corrupción, ha dado impulso a dos nuevos partidos: el centroderechista Ciudadanos y el ultraizquierdista Podemos.
El reparto
Un sondeo gubernamental publicado antes del inicio de la campaña el 4 de diciembre indica que el PP podría ganar hasta 128 escaños, contra 89 para los socialistas. Ciudadanos puede obtener 66 escaños y Podemos 25.
Tras la votación, el rey Felipe VI consultará con cada partido y pedirá a uno —el que tenga más votos— que forme gobierno.
La campaña para las legislativas en España acabó ayer, tras el maratón de Rajoy, quien parte con una corta ventaja.
En una noche de invierno templada, miles de españoles se reunieron en plazas o locales de Madrid y Valencia, en el este del país, para asistir a los últimos mitines de los candidatos a jefe de gobierno.
“¡Quedan 48 horas para empezar una nueva etapa política en España!”, dijo a la multitud el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, desde un escenario colocado entre las terrazas de los bares de la madrileña Plaza Santa Ana.
“Tras tantos años de crisis, con el paro y los desahucios, estábamos todos muy tristes, como anclados en el pasado y tiene que haber un cambio”, agregó Inmaculada Angel, un ama de casa de 54 años.
Las fuerzas políticas que pueden arrasar
Los comicios de mañana en España servirán para renovar los 350 diputados del Congreso y 208 senadores, y la posterior conformación del nuevo gobierno que, de acuerdo con el sistema parlamentario, se realiza por las mayorías en la Cámara baja.
El periodo de campañas confirmó lo que medios de comunicación y sondeos de opinión advertían: el ascenso de las nuevas formaciones Ciudadanos (de centro derecha) y Podemos (de izquierda).
La irrupción de estas fuerzas rompe la hegemonía del Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), considerados como el bipartidismo que desde 1982 se han alternado en el gobierno de España.
Las encuestas, como la del oficial Centro de Investigaciones Científicas (CIS), advierten que ninguna formación tendrá mayoría absoluta para acceder automáticamente al gobierno, y tanto el PP como el PSOE pierden considerable peso en favor de Ciudadanos y Podemos.
Al nuevo escenario se añade que las encuestas reconocen un alto porcentaje de electores indecisos, en espera de decidir su voto en los últimos momentos o incluso elegir no presentarse a las urnas.
La alianza natural del PP es con Ciudadanos, por su perfil de centro izquierda, un amplio programa de medidas económicas para reactivar a pequeñas y medianas empresas
y la defensa de la unidad de España ante el desafío independentista en Cataluña.
El sociólogo y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Fermín Bouza, señaló que si bien Ciudadanos y Podemos entran con fuerza en el Parlamento “aún es pronto para asegurar que llegó el fin de bipartidismo”.