Argentina devalúa su moneda 50%, por fin a controles a dólar

Argentina sufrió hoy una devaluación de 50 por ciento de su moneda luego que el gobierno decretó el fin de los controles que rigieron durante cuatro años para la compra y venta del dólar.
El precio del dólar osciló en bancos y casas de cambio entre 13.95 y 14.20 pesos, lo que implica un fuerte incremento con respecto a los 9.90 pesos que la moneda cotizaba hasta el miércoles a precio oficial.
La víspera, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, anunció el fin de las restricciones que comenzó a aplicar en diciembre de 2011 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y que fueron popularizadas por la oposición como “el cepo” al dólar.
En realidad, las medidas no eran un “cepo”, ya que la compra y venta de dólares no estaban prohibidas por completo, aunque sí representaban un confuso mecanismo, con multiplicidad de precios entre los que destacaban las operaciones de un mercado paralelo ilegal.
Al anunciar el fin de los controles, Prat-Gay se negó a anticipar cuál sería a partir de hoy el valor único del dólar, lo que generó incertidumbre y tensión entre gran parte de la población que sabe que la devaluación afectará su poder adquisitivo de inmediato.
La expectativa sobre el precio del dólar comenzó a develarse esta mañana, cuando las pizarras del Banco Central, los bancos privados y las casas de cambio comenzaron a anunciar valores en promedio de 14 pesos.El ex ministro de Economía, Axel Kicillof, denunció que la medida no fue ningún “fin del cepo”, sino una devaluación acorde con las políticas económicas orotodoxas “en consonancia con lo que planteó siempre el Fondo Monetario Internacional”.
Advirtió que la devaluación no sorprende, pero cuestionó que se lleve a cabo “de una manera prácticamente atolondrada que golpea al bolsillo de los trabajadores”.

Hugo Moyano, dirigente de la Confederación General del Trabajo y aliado del gobierno de Mauricio Macri, mostró su desconfianza al advertir que “si el cepo se lo sacan al dólar y se lo ponen a las paritarias (negociaciones salariales) estaríamos cambiando para mal”.

Agregó que “la devaluación a veces parece una mala palabra, pero a veces hay que hacerla sin que la tengan que pagar los trabajadores”.