Amanda Anisimova se coronó campeona de la edición 2015 del Abierto Juvenil Mexicano, ahora antesala del Orange Bowl.

La próxima generación del tenis femenil debuta con triunfo en México. De difícil ubicación étnica y menos de su preparación deportiva, jugando bajo la bandera de las barras y estrellas, Amanda Anisimova se coronó campeona de la edición 2015 del Abierto Juvenil Mexicano, ahora antesala del Orange Bowl, máximo torneo mundial para juniors. El AJM, quinto en importancia, jugado en la arcilla el Centro Deportivo Chapultepec del D.F. resultó escenario de otra muestra del empuje de dos camadas de chicas a las que las inamovibles WTA son ya un estorbo.
En medio del tenso clima que vive el deporte mexicano en estos dias, la IV edición del AJM rebosó de entusiasmo, alegría y ganas de trabajar que sólo la energía de los juveniles provoca. Además, la gran final femenil pone a pensar si las reglas del juego, basadas en leyes físicas tradicionales, requieren un debate sobre el papel de la mecánica cuántica en lo voluble, impredecible y sorpresivo de los resultados concretos del deporte competitivo individual por excelencia.
Nacida el 31 de agosto de 2001 bajo el signo de Virgo, Amanda Anisimova ocupa desde hoy los reflectores de ITF y WTA al erigirse campeona por primera vez en un torneo de altura, dejando atrás a superestrellas como Cici Bellis, Dalma Galfi y Sofia Kenin, ninguna de ellas con un título a los 14 años. Con una breve carrera que a los 13 la tenía jugando el Orange Bowl, la Justin Henin de Bélgica y juniors del US Open de este año, acabó por sorprender al planeta tenis al vencer en semis a la rusa Evgeniya Levashova, a quien poco duró el gusto de demoler, en singles y dobles, a la uno del mundo para 2016, Sofia Kenin. Para Amanda, el reto quedó entonces ante la 3 mundial, la británica de cepa Katie Swan, de dulces 16, a quien su equipo mantuvo entre algodones con la certeza de tomar la estafeta tras la caída de Kenin, su compañera en dobles.
El viento de cambio irrumpió de súbito en el estadio «Pelón Osuna», ante un público dominguero y familioso, distraído y ruidoso que al final del primer set se quedó con la boca abierta: de menos a más, Amandita libró el 5-2 de Katie para alcanzar paridad a 5 en el décimo game y no parar de quebrar a la británica hasta arrebatarle la manga por 75. Virulenta reacción de la inglesa en la segunda, con un par de aces y dos intentos en la red, maniobras ambas neutralizadas por Amanda, con su también par de aces que no fueron suficientes ante los winners continuos de Swan, quien se llevó el cartón por 63.
En el definitivo, Anisimova sólo permitió la paridad a 2 de su flemática y ardiente rival en cuarto game; en adelante, todo fue triunfo para la más pequeña del torneo, salvo un coletazo de Katie en el octavo que marcó el 5-3, pero ya sin remedio.Con un impecable servicio en el 40-15, la red dio el cierre a la devolución de la inglesa, con lo que el marcador resplandeció con cartones de 75, 36 y 63 para Amanda en dos horas y media de juego. Emotiva ceremonia con obituario para los caídos en París, presencia de dos ex jugadores de Roland Garros e invitación expresa a México para la próxima edición del Grand Slam del gusto educado, entrega de título y sombrero de charro y el serio cuestionamiento de qué hacer para que ya dos generaciones construyan un ranking innovado, sin intrigas ni intereses creados, lo mismo en el tenis de México que en el top 20 de damas Mundial.