Problemas de la excitación

Un incremento en esta fase no producirá propiamente una disfunción ya que no es frecuente la consulta por «exceso de lubricación» o erecciones «demasiado firmes», generalmente la disminución o ausencia de la excitación es la que genera algún grado de molestia en la persona o en su pareja y se convierte en motivo de consulta con un profesional de la salud.

La disminución de la excitación o su ausencia es el problema más frecuente que se da en la mujer. La disminución de la excitación se caracteriza por el fracaso de las respuestas fisiológicas que ocurren cuando una mujer se encuentra excitada (lubricación, tumefacción vaginal, tensión muscular, alteraciones respiratorias, etc….). La ausencia o disminución de la fase de excitación no suele darse solo o de manera aislada, casi siempre es acompañado de una falta de deseo sexual y a veces puede provocar que la mujer, al no verse excitada, sea incapaz de alcanzar un orgasmo.

El decremento de la excitación producirá ausencia o deficiencia de lubricación vaginal, es decir hipo lubricación y erecciones incompletas o ausentes, es decir incompetencia eréctil.

Las personas que ven disminuida su capacidad para excitarse puede deberse a que exista algún problema o alguna lesión que influya en la vaso dilatación y la vaso congestión (lo que origina la lubricación en la mujer y la erección en el hombre); o como resultado del proceso degenerativo de algunas enfermedades como la Diabetes mellitus, en donde las mujeres presentan una disminución en la lubricación y los hombres erecciones menos firmes, lo cual no debe ser un impedimento para el disfrute de la actividad sexual. Cuando se a realizado la valoración física y las estructuras no se encuentran lesionadas, el origen será de índole psicológico o emocional, los factores predominantes son: el temor al desempeño, temor al rechazo, la baja autoestima, problemas de pareja, rencor, estrés, incomprensión, depresión, etc.

La excitación sexual se puede desencadenar por un sinnúmero de mecanismos que estimulen cualquiera de nuestros sentidos y van en relación directa con las experiencias vividas, el estado de animo, la persona o personas con las que convivimos e interactuamos sexualmente. Los estímulos que «disparan» la excitación pueden ser lo que vemos o a quien vemos, lo que sentimos, lo que escuchamos, lo que olemos; estos estímulos están relacionados con las personas o cosas que nos producen esas sensaciones, las cuales desencadenan una respuesta fisiológica tanto en el hombre como en la mujer.

En el hombre se produce la señal más visible y que es la erección peneana, y esta se produce fundamentalmente por un cambio en la circulación arterial y venosa, en respuesta a un estímulo nervioso, que a su vez fue generado por un estímulo visual, auditivo, corporal o táctil. En relación a la rapidez con que se alcanza la excitación depende de cada persona, pero los jóvenes tienden a excitarse de manera más rápida que las de mayor edad, que requieren de mayor estímulo para lograrla, sin que esto sea un hecho patológico.
También se debe señalar que durante el juego erótico, la excitación puede disminuir o incluso perderse, pero esto es parte de la respuesta normal; ahora si esto se produce con mayor frecuencia e impide tener una vida sexual activa y satisfactoria, ya se ha transformado en un hecho que genera incomodidad debe ser revisado por un profesional de la salud, en un primer momento debe ser revisado por un sexólogo clínico.

Es importarte comentar que la excitación en la mujer, se nota fisiológicamente por el incremento de flujo sanguíneo a nivel pélvico, que producen una vaso dilatación en las paredes de la vagina y se produciría mayor lubricación vaginal. Los genitales externos se hinchan, sobre todo es notorio en los labios mayores y menores de la vagina. En el clítoris se produce una erección progresiva. En relación a la estimulación del clítoris cabe mencionar que resulta excitante, sin embargo en los estudios se ha establecido que la mayoría de las mujeres no lo disfruta si no ha comenzado previamente el juego erótico (besos, caricias en todo el cuerpo, palabras amorosos y excitantes, abrazos, etc.); el estímulo vigoroso del clítoris puede producir incluso dolor; es por ello que se recomienda la estimulación paulatina y con aproximaciones hacia llegar al clítoris.
En relación a los cambios que se producen en las mamas ( pechos), sería el aumento de tamaño y erección de los pezones. También hay aumento del ritmo cardiaco, de la presión arterial y del tono neuromuscular en general, así como la mayor coloración de la cara y el aumento de la temperatura corporal.
Al presentarse la disminución o ausencia de la excitación es importante que se visite al sexólogo para poder realizar un diagnóstico temprano y poder considerar una terapia adecuada, considerando que una de las causas mas frecuentes es la relacionada con la parte psicológica y emocional de la mujer.