Saliva, aliada en la prevención de caries

Las glándulas salivales extraen sustancias de la sangre para transformarlas en saliva. Al día, secretan hasta 1 litro de esta sustancia viscosa, conocida coloquialmente como “baba”, que ayuda a mantener la boca sana.
Si bien 99% de la saliva es agua, el 1% restante contiene sustancias como iones de sodio, potasio, cloruro, bicarbonato y fosfatos que cumplen funciones digestivas, lubricantes y antibacteriales.
Los alimentos que nos llevamos a la boca deben ser procesados antes de llegar al estómago. Desde el primer contacto con ellos, la saliva comienza su proceso de deglución y digestión formando el bolo alimenticio para facilitar su tránsito a lo largo del tubo digestivo.
Por si fuera poco, ayuda a percibir los sabores al llevar a los alimentos hasta las papilas gustativas de la lengua.
Este fluido orgánico también contribuye a mantener hidratados los tejidos de la cavidad bucal. Su ausencia favorece el desarrollo de infecciones, grietas y úlceras en labios, dientes, lengua y encías; provoca dificultad para hablar y tragar, además de exponer a la boca a enfermedades como gingivitis, periodontitis y halitosis (mal aliento).
Sólo 5 minutos después del cepillado dental, restos de alimentos o bebidas que ingerimos se adhieren a los dientes al no haber adecuada higiene bucal y forman la placa dentobacteriana que puede producir ácidos desmineralizantes del esmalte y dentina (tejidos que forman los dientes), lo que se conoce como caries.
Una de las funciones de la saliva es alcalinizar esos ácidos, es decir, neutralizarlos con sustancias como bicarbonatos y fosfatos, convirtiéndose en un mecanismo de defensa dental.
La exposición prolongada o excesiva a la acidez de la placa dentobacteriana impide que la saliva conserve el equilibrio entre acidez y alcalinidad (pH). Entonces los dientes se vuelven presa fácil de la caries. Hay determinadas circunstancias que impiden mantener el pH salival ideal (6.5 a 7) para conservar boca sana:
Ingesta desproporcionada de alimentos o bebidas con pH ácido.
Higiene bucal deficiente.
Estrés (provoca disminución de la salivación).
Algunos medicamentos.
Fumar.
Caries, reina de las enfermedades bucales
La caries es una enfermedad de los tejidos dentales producida por dieta a base de azúcares y ácidos formadores de placa dentobacteriana que permanece por mucho tiempo en los dientes, provocando su desmineralización y porosidad.
Se manifiesta generalmente con dolor de dientes o muelas, sobre todo después de consumir bebidas o alimentos dulces, fríos o calientes, y con la aparición de agujeros visibles en esmalte y dentina. Por fortuna, es una enfermedad prevenible.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), México se encuentra entre los países con más frecuencia en enfermedades bucales, entre ellas, la caries, que afecta a más de 90% de la población mexicana. Por su parte, la Secretaría de Salud afirma que 61% de los niños mayores de 6 años tienen caries, y el promedio nacional de dientes careados, perdidos y obturados a los 12 años, es 2 piezas. Por qué la saliva ayuda a prevenir caries
Se ha descubierto que otra de las funciones de la saliva es ayudar a prevenir caries al diluir y eliminar azúcares y ácidos de los alimentos.