Si hay lucecitas en la visión, acude al oftalmólogo ya

No exageramos si decimos que prácticamente todos hemos visto lucecitas fugaces que nos desconciertan por un momento, pero en cuanto recuperamos la visión normal nos olvidamos de ellas. Sin embargo, percibir destellos luminosos o luces en la visión puede indicar depresión, diabetes o desprendimiento de retina. Conoce qué son los fosfenos o fotopsias y ¡cuida tu salud visual!
Veo lucecitas, ¿es normal?
En algunas personas las luces centelleantes en la visión ocurren con tanta frecuencia que les restan importancia, lo que puede traer serias consecuencias para su salud visual pues, según especialistas, existen distintos tipos de lucecitas repentinas que denotan alguna anomalía en el organismo.
Los fosfenos, por ejemplo, son manchas luminosas (generadas en la retina) que persisten en la oscuridad por breves minutos tras mirar fijamente una fuente luminosa durante aproximadamente 30 segundos.
En ocasiones se perciben sin que haya habido una luz que las justifique, por ejemplo, cuando una persona se incorpora abruptamente, se genera un brusco cambio en la presión arterial que provoca lipotimia, condición que no es propiamente una enfermedad (aparece por incapacidad del corazón para mantener la presión arterial normal) y se caracteriza por palidez, pulso débil, fosfenos, dilatación de las pupilas e incluso, desmayos.
Cabe destacar que se habla de fosfenos psicosomáticos cuando se perciben lucecitas fugaces causadas por estrés, cansancio, depresión o angustia, así como por diabetes.
Contrariamente a lo que mucha gente supone, debe acudirse al médico ante alguna manifestación de lucecitas fugaces, ya que podría identificarse el inicio de un problema de salud y detener su avance.
Afectación a la salud visual
Cuando se resta importancia a las lucecitas en la visión se corre el riesgo de enfrentar futuras complicaciones, pues los fosfenos también son el primer indicio de desprendimiento de retina, en cuyo caso se habla de fotopsias o miodesopsias (también conocidas como «moscas volantes»). Se trata de pequeños puntitos o nubes que se mueven libremente en el campo de la visión, y que se hacen especialmente evidentes al mirar una superficie de color homogéneo y con luz brillante.
Quien haya experimentado este tipo de luz en forma de ráfaga o chispas por varios días continuos, debe acudir cuanto antes a revisión por parte del oftalmólogo, sobre todo si empieza a notar una sombra en el campo visual, lo que podría indicar que el problema está tomando proporciones de consideración (la retina sufre pequeña lesión o agujero que puede crecer). Además, debe tomarse en cuenta que no causa dolor y puede pasar desapercibida durante mucho tiempo.
¿Cómo ocurre el desprendimiento de retina?
Antes de continuar, es importante recordar que el ojo posee tres capas fundamentales desde fuera hacia dentro:
Esclera. También llamada esclerótica; es la cubierta blanca protectora del globo ocular, al cual rodea excepto en su parte inferior donde se encuentra la córnea, que es transparente, tiene forma abombada y permite el paso de la luz al interior del ojo.
Úvea. Estructura intermedia, formada principalmente por vasos sanguíneos que nutren a las otras; se divide en tres partes:
Iris. Anillo coloreado que rodea a la pupila negra; se abre y cierra como la lente de una cámara, con lo cual permite mayor o menor entrada de luz al interior del ojo. El espacio delimitado por el iris en su centro es la pupila (se aprecia de color negro al observar el ojo de una persona).
Cuerpo ciliar. Conjunto de músculos que adaptan la forma del cristalino o «lente» natural con que el ojo enfoca los objetos cercanos y distantes.
Coroides. Revestimiento interior del globo ocular que se extiende desde el extremo de los músculos ciliares hasta el nervio óptico, localizado en la parte posterior del órgano.
Retina. Parte más interna que se sensibiliza ante estímulos luminosos y representaría la película de la cámara de fotos, es decir, en ella se forman las imágenes en el fondo del ojo; está formada por las terminaciones del nervio óptico y está unida a especie de gel transparente llamado vítreo. Es importante saber que consta de dos elementos:
Central o mácula. Permite la visión a detalle, por lo que se utiliza para reconocer, leer y conducir, entre otras actividades.
Periférica. Proporciona imagen burda, por ejemplo, cuando estamos leyendo y entra alguien a la habitación y le vemos pasar, pero no distinguimos bien sus características.
Los médicos afirman que como un proceso derivado del paso del tiempo, el vítreo se va separando de la retina poco a poco y tiende a «jalarla» consigo hasta desprenderla ligeramente de la parte posterior del ojo. Por lo general, esta anormalidad no causa problemas, sin embargo, puede llegar a moverla con mucha fuerza hacia diferentes posiciones hasta separarla considerablemente (de manera similar a cuando quitamos el papel tapiz de una pared), afectando seriamente la salud visual.
Sucede también que debido a intensa inflamación, hemorragia o fuertes golpes, el vítreo altera su forma original y la retina se adelgaza, lo que puede ocasionar que se desgarre e, incluso, se desprenda. Lo anterior causa hemorragia y deteriora la vista, por ello el afectado comienza a ver miodesopsias y, con el paso del tiempo, sombras; conforme progresa este daño se adquiere visión opaca.

Factores de riesgo de desprendimiento de retina
La oftalmología reconoce diversos factores de riesgo que pueden llevar a desprendimiento de retina, entre los que se mencionan:

Edad avanzada.
Miopía (deformidad del ojo que ocasiona problemas para ver de lejos).
Antecedentes personales de enfermedades en retina, por ejemplo, degeneración macular (ocasiona que se vean imágenes deformes y borrosas) o retinopatía diabética (deterioro en los vasos sanguíneos que irrigan a la retina por el exceso de azúcar en sangre).
Haberse sometido a cirugía para extirpar cataratas.
Sufrir fuerte golpe en los órganos de la visión.
Lesiones en cráneo.
Cuerpos extraños en los ojos.
Las miodesopsias son frecuentes y siempre requieren exploración oftalmológica, la cual permitirá el diagnóstico precoz del desprendimiento de retina.

Cabe mencionar que cuando el daño es grave, el médico cuenta con la opción de unirla mediante cirugía láser o bien la llamada vitrectomía, intervención microquirúrgica que elimina el gel vítreo contenido en el ojo a través de aspiración; posteriormente, se inyecta una burbuja de gas en esa misma zona, la cual empuja al tejido retinal hacia la pared posterior del órgano de la visión.

Ahora que lo sabes, no dejarás pasar desapercibidos ni fosfenos ni «moscas volantes», pues aunque parezcan lucecitas fugaces e inofensivas podrían estar advirtiendo que ocurre algo de consideración, ¿no lo crees?