Alimentos que alivian la irritación de garganta

Las bajas temperaturas y los festejos decembrinos suelen ser combinación poco favorable para las vías respiratorias, y por ello es común que en esta época del año se registre importante elevación de problemas como garganta irritada y resfriado común en personas de todas las edades.
Esto sucede porque el frío debilita al sistema de defensas de nuestro organismo (inmunológico) y porque en las noches de fiesta, tan frecuentes durante la temporada, es cuando se ingieren más bebidas con hielo y aumenta el consumo de cigarrillos (o se inhala el humo generado por los demás).
Así, es común experimentar síntomas como garganta irritada, congestión nasal y estornudos ocasionales, los cuales pueden indicar el comienzo de una infección o resfriado que es posible controlar para evitar su avance.
En su mayoría, estos padecimientos son ocasionados por virus, los cuales no son eliminados con el uso de antibióticos, pero requieren atención pues la infección puede progresar.
La prevención y alivio de estas molestias es posible a través de recursos eficaces y al alcance de todos. Se trata de diversos alimentos que, por sus propiedades nutricio-nales, fortalecen las defensas y ayudan a que el organismo resista los embates del invierno, de modo que sólo con ingerirlos a menudo y tomar algunas medidas de cuidado se pueden evitar complicaciones.
¿Cómo evitar la irritación de garganta con alimentación?
Si todavía no has sido víctima del clima ni de las bebidas demasiado frías, es buen momento para que empieces a estimular tus defensas a través de la alimentación. Para ello, uno de los recursos más conocidos y eficaces consiste en incrementar el consumo de vitamina C, la cual puedes encontrar de forma abundante en frutas y verduras como limón, lima, naranja, mandarina, toronja, guayaba, fresa, kiwi, pimiento verde, brócoli y col.
Otros nutrientes que pueden contribuir a prevenir infecciones de garganta, dado que actúan en favor del sistema inmunológico, son el selenio y el zinc, minerales presentes en huevo, cereales, legumbres, queso, frutos secos, vísceras, carnes blancas, pescados y mariscos.
Mención aparte merecen los conocidos lactobacilos (microorganismos benéficos) presentes en la leche y algunos de sus derivados (yogurt, queso y jocoque), ya que también ejercen favorable efecto sobre el sistema inmune.