¿Cómo prevenir la gastronteritis?

Los sectores de la población que más se ven afectados por gastroenteritis son el infantil y la tercera edad, principalmente en los países en desarrollo, como México.
Por lo general, la diarrea por gastroenteritis es de los principales signos de la enfermedad y la causa de gran número de fallecimientos, ya sea por las complicaciones del padecimiento, estar mal atendido, o no haber recibido tratamiento oportuno. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que se producen aproximadamente mil 700 millones de casos de enfermedades diarreicas cada año, y que éstas constituyen la segunda mayor causa de muerte en niños menores de 5 años.
Aunque la gastroenteritis afecta casi por igual a mujeres y hombres, éstos últimos presentan mayor riesgo de contraerla debido a que cuidan menos sus hábitos alimenticios e higiénicos (está demostrado que, por ejemplo, se lavan menos las manos que su contraparte femenina), lo que incluye comer en puestos callejeros.
Cabe destacar que esta condición engloba a diversos tipos de infecciones e irritaciones en el tracto digestivo, es decir, estómago e intestinos, los cuales pueden ser clasificados de acuerdo a su origen en:
Infecciosas: son causadas por bacterias, virus y hongos.
Gastroenteritis no infecciosa: Provocada por alergia a ciertos alimentos, como gluten del trigo, fresas o duraznos, lácteos, irritantes (alcohol, picante y condimentos, entre otros) y parásitos.
Vinculadas a las emociones: Se originan por alteraciones en el estado de ánimo, como estrés, depresión o angustia.
¿Cómo nos enfermamos?
En virtud de que la gastro-enteritis es proceso inflamatorio del estómago e intestinos, generado por agentes que provocan daño a la mucosa intestinal, provoca cambios en el comportamiento de nuestro cuerpo.
Las consecuencias, es decir, los síntomas de gastro-enteritis incluyen diarrea asociada a fiebre, vómito y dolor abdominal, así como constante sensación de defecar.
En países en vías de desarrollo las infecciones gastro-intestinales se adquieren por consumo de agua o alimentos contaminados y por la transmisión de la enfermedad de una persona a otra, ya que virus y bacterias inician un crecimiento desmedido dentro del intestino del receptor, pues ahí encuentran las condiciones propicias para su desarrollo.
En los casos no infecciosos, sucede que los alimentos que causan un proceso alérgico actúan como agente agresor de la mucosa que protege al intestino en su interior, estimulando la producción de movimientos (con mayor fuerza y frecuencia) para tratar de eliminar el origen de la agresión.
Por ejemplo, cuando se trata de parasitosis debida a E. Coli enterotoxigénica, ésta se encarga de la producción de toxinas que atacan a las células de la mucosa intestinal, lo que motiva una respuesta por parte del intestino que segrega agua y moco para disminuir la concentración de toxinas y recubrir la capa de células al interior del intestino (epitelio).
Sin embargo, la irritación producida inicialmente genera que los movimientos se incrementen con el afán de eliminar a los agresores, lo que desencadena diarrea.
La probabilidad de contraer una infección gastrointestinal depende de la cantidad de agentes dañinos que se hayan ingerido, así como su capacidad para hacer daño (virulencia).
Aunque también influyen factores propios del individuo invadido, como menor secreción de ácidos gástricos o de movimientos de evacuación, alteración de la flora intestinal habitual o un estado inmunodeprimido (disminución de las defensas naturales del organismo) que puede aumentar la susceptibilidad a la infección.
Causas de gastroenteritis
El origen de la enfermedad es diverso, por lo que se han identificado varios tipos de gastroenteritis, siendo el más común el causado por virus que se propagan rápidamente en diferentes ambientes a través del agua, alimentos contaminados o de persona a persona.
Los más frecuentes son rotavirus y adenovirus entéri-cos, microorganismos que se multiplican en la superficie del intestino delgado (en regiones conocidas como duodeno y yeyuno) y destruyen rápidamente las vellosida-des.
Lo que reduce considerablemente la capacidad de absorción de ciertas sustancias; particularmente, los niños tienen problemas para digerir la lactosa o azúcar contenida en la leche.
El diagnóstico de esta gastroenteritis infecciosa se realiza por medio de estudios que determinan las características y tipo de virus.
En este caso, la terapia suele incluir solamente medicamentos que controlen los síntomas, pues poco a poco el padecimiento cede.
Es importante señalar que jamás debe interrumpirse la alimentación acompañada del suministro de suero oral, todo con el propósito de evitar deshidratación, estas son algunas prevenciones.