‘#Antifestival’ se apodera del Lunario

Con la actuación del saxofonista Remi Álvarez; el dueto Mártin, integrado por el guitarrista Federico Sánchez y el baterista Jorge Servín; la banda de Daniel Zepeda y sus Moscas bravas, y el grupo T’orus, el Colectivo Noon celebró esta noche la música alternativa, a través del concierto «#Antifestival».

Ante el aforo del Lunario del Auditorio Nacional, el encargado de abrir la velada fue Remi Álvarez, considerado el pionero del free jazz en México, quien por espacio de 30 minutos cautivó la mirada y el oído de los espectadores.

Acompañado de audiovisuales sobre paisajes y el universo, Álvarez compartió parte de su discografía, la cual se compone de más de 10 producciones dedicadas al género sincopado.

Tras recibir sonadas ovaciones abandonó el escenario, pues tocaba el turno de Federico Sánchez y Jorge Servir, dueto que sedujo al público desde sus primeros «bets», cuya frescura hizo que más de un invitado siguiera el ritmo con sus piernas y manos.

La música electrónica que ofrecían con la guitarra y la batería con recursos multimedia psicodélicos, así como sobre ciudades y naturaleza.

Tras un breve discurso sobre el esfuerzo que hace el Colectivo Noon, grupo formado por jóvenes músicos de la escena del jazz en México, arribó al escenario Daniel Zepeda y sus Moscas bravas, a fin de compartir, además de clásicos del género, temas de su autoría como «Botitas nuevas», «Sin coche y sin dinero» y «Maldita pubertad», entre otras.

Entre cada uno de los temas, la banda era premiada con sonados aplausos incluso hubo quienes se animaron y les pidieron algún tema.

Además de agradecer la oportunidad de estar sobre este escenario, Zepeda presentó a cada uno de los miembros de la banda: el saxofonista Diego Franco, el pianista Roberto Verástegui y el bajista Alonso López, quienes con su propuesta musical buscan generar un sonido nuevo y propio.

La atmósfera era de fiesta y los encargados de continuar con el «#Antifestival» fueron Chistian Balderas, Aarón Flores, Benjamín García y Enrique Nativitas, así como Eric «El niño», miembros de T’orus, banda que combina el jazz con el hip hop.

Con una divertida dinámica en la que «El niño», con mochila en los hombros y audífonos, pidió que los presentes se imaginaran un sol, una avenida y una ventana, el quinteto inició su explosiva actuación.

Teniendo como protagonista la escultura del «#Antifestival», Erik expresó que ellos combinan esos géneros porque son espirituales y combativos, «llevan el grito que llevamos dentro, aquí en las entrañas».

Al filo de la media noche y luego de más de 40 minutos de jazz y hip hop, T’orus cerró con broche de oro la primera edición de un festival que da cabida a propuestas musicales alternativas y con una búsqueda experimental.