Granada; excelente desintoxicante y diurética

La piel dura, semejante a cuero, que caracteriza a la cáscara de la granada no deja traslucir el tesoro secreto que encierra su interior: multitud de semillas en forma prismática que, rojísimas, gruesas y carnosas, son de jugoso sabor entre dulce y ácido, muy refrescante.
La granada está llena de agua y por eso es ligera en calorías, además de desintoxicante y diurética (propicia la eliminación de orina) gracias a su elevado contenido de potasio y bajo en sodio, lo que también favorece el buen funcionamiento del hígado.
Esta fruta, que da nombre a la ciudad andaluza (en España), contiene cantidades considerables de manganeso, vitamina C y las integrantes del complejo B, útiles para prevenir el agrietamiento de la piel, sequedad de las mucosas y decaimiento. Por si fuera poco, son parte de ella los ácidos cítrico y málico, que fortalecen al corazón y disminuyen los síntomas característicos del asma.
Ver para creer
Las saludables cualidades de la granada no es descubrimiento reciente, pues se sabe que los egipcios utilizaban su raíz como tratamiento en enfermedades de los ojos y para combatir parásitos intestinales, principalmente lombrices como la taenia. Aún en nuestros días el jugo fresco de la fruta sigue siendo muy popular en El Cairo, capital de Egipto.
La granada, que se cosecha en otoño, tuvo destacada presencia en muchas civilizaciones mediterráneas antiguas como la griega y romana, para las que representaba amor y fecundidad, debido a la colocación de sus semillas, así como orden y amistad.
Sin embargo, si algún pueblo ha llegado a apreciar a la granada por sus cualidades medicinales y la hizo parte de su cultura gastronómica, ha sido el árabe, quien emplea en su cocina tradicional sus acidulados granos en postres, confituras y dulces, pero también como aderezo en todo tipo de platos salados, costumbre presente en nuestros días.
A manera de información le diremos que los frutos más grandes son generalmente los más dulces y tiernos, y el peso nos indica su riqueza en jugo; procure escoger las que tienen corteza brillante y algo rojiza. Para desgranarla, córtela por la mitad y déle un golpe con suavidad a la cáscara, con lo que las semillas se desprenderán y caerán fácilmente.
En ensaladas es complemento sensacional, tanto en el contraste de color como por aportar su dulce sabor que combina a la perfección con otros. Para prepararla en jugo, basta con partirla a la mitad y pasarla por el exprimidor como se hace con una naranja; a continuación se cuela, pues suelen filtrarse restos de las membranas amarillas que las separan en gajos y que pueden amargar el sabor del zumo. Ahora bien, si lo que quiere es preparar la famosa granadina, agregue al jugo una porción generosa de azúcar o miel y hiérvalo para darle mayor concentración y consistencia. El jarabe obtenido es muy usado en repostería, y disuelto en agua resulta singular refresco.
Y llegó a México
Como se mencionó anteriormente, la granada fue traída a América por los españoles, donde fue acogida e incorporada a la gastronomía mexicana, al grado que aún en nuestros días es ingrediente fundamental de uno de los platillos más representativos, los chiles en nogada. No obstante la popularidad del manjar por su inigualable sabor, es también reconocido como parte de la historia del país, pues se cuenta que fueron elaborados expresamente para agasajar a don Agustín de Iturbide tras firmar el Tratado de Córdoba con el que España reconoció la independencia de México, en 1821.
Citan algunos investigadores al respecto que al conocerse la noticia en la ciudad de Puebla -en ese tiempo capital del naciente país-, se preparó un festejo de proporciones monumentales. El 27 de agosto el Ejército de las Tres Garantías hizo su entrada triunfal a la ciudad y fue recibido con un menú que incluía chiles en nogada; casualmente la fecha coincidía con el cumpleaños de Iturbide, a quien se le hizo creer que el platillo fue elaborado por primera vez para festejarlo, cuando al parecer las monjas del convento de Nuestra Madre Santa Mónica, de la Orden de Recoletas de San Agustín, lo preparaban años antes.
La novedad en dicha celebración fue la presentación, al adornar el platillo con la bandera de las tres garantías: verde, blanco y rojo, estos dos últimos colores los tenía ya el platillo, pues la salsa de nuez o nogada es casi blanca, el rojo les sobra a los dulces granos de la granada; solamente faltaba el verde, deficiencia que solucionaron de inmediato, agregándoles perejil espolvoreado.
Lo cierto es que el platillo es tan delicioso como representativo del mexicanismo, no obstante incorporar un ingrediente traído de oriente por los españoles: la granada. Es un excelente diurético y desintoxicante.