¿Sabes lo que te ocasiona el mal de la ‘gota’?

Una dieta alta en carnes, mariscos y el consumo de cervezas trae como consecuencia que se padezca de la enfermedad llamada gota, que se caracteriza por la acumulación de ácido úrico en las articulaciones.
Estos productos tienen una alta dosis de purina, que al ser degradado en el organismo se transforma en ácido úrico, depositándose en forma de cristales, lo que ocasionan dolor intenso, dijo Hazel García Morales, reumatóloga del hospital Amerimed.
“La primera señal de este padecimiento es la inflamación de alguno de los dedos gordos del pie»
En un estudio publicado en 2012 en la gaceta médica mexicana, llevado a cabo por especialistas españoles, se demostró que 80% de quienes padecen esta enfermedad son hombres mayores de 56 años.
“La primera señal de este padecimiento es la inflamación de alguno de los dedos gordos del pie, causando tanta molestia que las persona no pueden colocarse calzado, y el sólo roce incomoda”, explicó.
Por ser una afectación que está relacionada directamente con la alimentación, manifestó, no se diagnostica en niños y ataca a rodillas, dedos, codos y tobillos.
El tratamiento es sencillo, en una primera etapa se suministra antiinflamatorio y luego pastillas para bajar el ácido úrico, dijo García Morales.
“Con un cambio en los hábitos alimenticios se puede combatir en cien por ciento la enfermedad y no volver a repetirse, pero paradójicamente lo más difícil para los pacientes radica en dar ese paso”, reconoció.
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“En estos casos donde no se ataca la raíz de la enfermedad puede producirse una falla renal»
Uno de los problemas con la gota, agregó, es que al asistir la persona al médico general le receta un antiinflamatorio y los síntomas pasan, luego al volverse a presentar se retoma este tratamiento y con el tiempo se riega a varias articulaciones.
“En estos casos donde no se ataca la raíz de la enfermedad puede producirse una falla renal, lo que daría pie a terapias de diálisis”, advirtió.
Una vez que los ataques comienzan a repetirse, se vuelven más severos, afectando a mayor número de articulaciones,
se presenta fiebre y destrucción articular, por lo que una afectación con larga evolución puede ser confundida con artritis reumatoide u osteoartritis.