Juan Pablo Badillo Soto, uno de los abogados de Joaquín Guzmán Loera El Chapo, ha comentado que la finalidad de su estrategia jurídica es evitar que su cliente sea extraditado a Estados Unidos, y que en un determinado punto del proceso, antes de la fuga, hubo informaciones de que un grupo de mercenarios había llegado al país para matarlo. Se había convocado a mercenarios extranjeros para que vinieran a abatirlo, a asesinarlo
En una entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva en su espacio de Radio Fórmula, Badillo Soto aseguró que no tiene comunicación alguna con su defensido, que se fugó del Penal del Altiplano a mediados de julio.
«En determinado momento hubo una afirmación sumamente preocupante, que se había convocado a mercenarios extranjeros que vinieran a abatirlo, a asesinarlo», dijo el abogado. «Eso es gravísimo, cómo es posible que implementen esas estrategias tan absurdas».
Sin comunicación con El Chapo
El jurista afirmó que le sorprendió la fuga del Chapo, y que no tenía contacto con él desde 4 o 5 meses previos, pues era muy difícil hacer visitas en el penal de máxima seguridad, donde hay que agendar las visitas. Por supuesto que sí me pagan, dígame si usted trabaja gratis
«No existe comunicación alguna con mi defendido, pero yo como su defensor tengo la obligación de salir en su defensa», comentó. «Yo, como jurista, tengo que implementar y he implementado su defensa con profesionalismo». El abogado también confirmó que trabaja por honorarios. «Por supuesto que sí me pagan, dígame si usted trabaja gratis».
Badillo Soto es uno de los abogados del Chapo, y en concreto llega sus procesos de amparo ante la justicia federal, en especial aquellos que buscan evitar su extradición. Otros abogados llevan sus causas penales.
«Cárceles secretas»
«Existe un rechazo absoluto a la extradición, porque hay jueces mexicanos que son los que deben de juzgar a los ciudadanos mexicanos», estimó el jurista. » Por ejemplo, ni en Israel ni en Japón existe la extradición para los nacionales. En nuestra patria debe defenderse la soberanía, y si hay elementos probatorios para juzgarlo, que se le juzguen en tribunales mexicanos».
Badillo Soto dice que se busca evitar el juicio en el extranjero, donde puede haber «torturas» en «cárceles secretas». «La finalidad es que Joaquín Guzmán Loera no sea extraditado a ningún país extranjero, donde se puedan tener cárceles secretas, en donde con testigos falsos puedan hacerles imputaciones absurdas y condenas vitalicias», dijo.