Proceso angustioso

Yo no sé usted amable lector, pero yo dejo en este momento de angustiarme por las decisiones que tome de manera aislada o aconsejada el presidente Enrique Peña Nieto.
Desde hace más de un año, los mexicanos llevamos preguntándonos de manera pública en distintos medios, pero sobre todo en las redes sociales, si al primer mandatario le es imperativo alguna o varias modificaciones entre su equipo cercano e incluso, si tuviera que desviar el rumbo definido en varios tópicos nacionales.
Unos mexicanos intentamos desde nuestras trincheras profesionales, realizar análisis y proponer en base a esos por el mejor rumbo de México, otros con una sugerencia sin una etiqueta periodística pero igual de válida, le señalan al Gobierno sobre la marcha del país, de lo que opinan de la situación e incluso también marcan aspectos sobre el desempeño de quienes nos gobiernan y que además, son nombrados en su mayoría por decisión propia del presidente en turno.
Pero hasta ahora, no hemos sido escuchados. ¿Por qué? Sencillo. Para el sistema político de México lo más que llegamos a ser la masa, es votantes y por supuesto, ya hasta quizá más importante, contribuyentes.
De ser tomados en cuenta para discutir de forma seria todas nuestras propuestas que no vulneren la ley, la popularidad tan reclamada por nuestros gobernantes iría en el sentido positivo.
No se trata de darnos o no gusto a los gobernados. Se requiere que seamos escuchados y no que nos dejen en claro que las decisiones de Gobierno en México es cuestión individual o entre particulares.
El caso tan traído y tan llevado por los periodistas mexicanos e incluso por más de una decena de los mismos profesionistas más allá de nuestras fronteras, sobre el próximo nombramiento de quien llegará a la dirigencia nacional del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que incluso ha permitido a algunos analistas el intentar descifrar discursos, acompañamientos y ademanes del propio presidente Enrique Peña Nieto; no es más que una muestra clara de que las decisiones en este país son cupulares, de intereses creados y en donde la masa es un simple espectador en la mayoría de los casos. Se insiste. Somos sólo parte del juego de la democracia en cada elección y contribuyentes para la hacienda pública qué además como cuentas del dinero nacional, sólo entregan discursos.
No obstante las decisiones que tome Peña Nieto y su grupo, esas no impedirán que los mexicanos intentemos marcar la agenda nacional que nos beneficie a la gran mayoría y no a unos cuantos.
Acta Divina…El presidente Enrique Peña Nieto insta a su equipo a la unidad para continuar con la transformación de México.
Para advertir… Esa unidad no es más que la sugerencia de que es mejor esperar a levantar la mano antes de tiempo.