Flora intestinal; bacterias en el aparato digestivo

La flora intestinal es un gran conjunto de más de 100 trillones de bacterias con más de 400 especies que viven en el aparato digestivo de los seres humanos.
Flora intestinal: defensa contra las infecciones
Las bacterias en el tracto digestivo constituyen poderoso escudo para defender al organismo de infecciones, además:
Ayudan a la digestión de algunos alimentos.
Las microbacterias de la flora intestinal son responsables de formar elementos nutritivos que contribuyen a que el organismo funcione adecuadamente.
Participan en la producción de vitamina K (esencial en el proceso de coagulación), lo que ocurre cuando se ingieren alimentos (vegetales de hoja verde, raíces comestibles, frutas y semillas) que contienen precursores (que dan origen a la formación o desarrollo) de dicho nutriente, pues una vez que llegan al intestino la flora ayuda a generarla.
Sus microorganismos son estimulantes del sistema inmune (aquel que nos defiende de agresiones externas), y ayudan a que trabaje adecuadamente.
Utilizan la fibra de los alimentos para dar lugar a ácidos grasos, los cuales sirven como fuente de energía y mantienen en buen estado los tejidos del hígado, músculos y colon.
Cabe destacar que al momento de nacer, el aparato digestivo humano es estéril, es decir, se encuentra libre de microorganismos, los cuales colonizan al intestino 48 horas después del alumbramiento, alcanzando cifras cercanas a 1,010 microbios por gramo de heces. Este proceso se completa antes de los siete días de vida, periodo en el que puede considerarse que el ser humano posee flora intestinal establecida.

Bacterias buenas para la flora
intestinal
El tracto gastrointestinal es la «puerta» a través de la cual ingresan infinidad de microbios al organismo. De manera natural, el intestino está provisto de un tejido especial llamado linfoide, especie de red constituida por fibras y células, en cuyas mallas se alojan diferentes tipos de glóbulos blancos (estructuras sanguíneas de defensa).
Así, cuando bacterias nocivas u otros microbios ingresan al organismo y se adhieren a la mucosa intestinal son combatidas por el material de defensa, amén de que los microorganismos de la flora intestinal son defensas contra las infecciones, ya que inhiben la reproducción de los invasores al competir con estos por obtener fuentes de energía (proporcionadas por los restos de azúcares de los alimentos).
Por otra parte, en la superficie de la pared intestinal se crea una secreción mucosa (en forma de barrera mecánica) contra la invasión de microorganismos dañinos, la cual contiene factores de protección, como las sustancias lactoferrina, lisosimas y ácidos biliares (pueden inhibir el crecimiento de gérmenes). Adicionalmente, en la mucosa intestinal se generan grandes cantidades de anticuerpos, los cuales hacen que la flora bacteriana se adhiera al intestino para evitar que microbios no pertenecientes a la misma invadan a este órgano.
No obstante, en ocasiones los microorganismos y sustancias extrañas rompen las barreras y logran traspasar la mucosa intestinal, con lo que dan lugar a una infección.
¿Cómo regenerar las bacterias de la flora intestinal?
Las alteraciones de la flora intestinal pueden deberse a diversos factores externos, desde cambios en la alimentación o infecciones por parásitos, hasta tratamientos prolongados con antibióticos, situación que rompe el equilibrio del sistema digestivo.
Por ejemplo, el primer síntoma de diarrea indica que las defensas del intestino se han debilitado, lo que posibilita que los microorganismos nocivos se adhieran a dicho órgano y se reproduzcan; en algunos casos (cuando no se trata de infección por bacterias) puede recurrirse a algún antidiarreico.
Para saber cómo equilibrar la flora bacteriana, los especialistas sugieren tomar en cuenta ciertos puntos:
Una alimentación balanceada es indispensable en una dieta para regenerar la flora intestinal.
Evitar consumir alimentos en lugares poco higiénicos.
Preparar los comestibles con las máximas medidas de limpieza (desinfectarlos y, en su caso, cocerlos adecuadamente) es clave para mejorar la flora intestinal.
Lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño.
Evitar la administración de antibióticos en forma repetida y sin prescripción médica, pues ello condiciona la destrucción de la flora intestinal, en consecuencia, el intestino queda desprotegido frente a las agresiones.
Recurrir a productos químicos o biológicos capaces de proteger a las bacterias que contribuyen al bienestar digestivo, cuya fórmula contiene lactobacilos, principalmente. Pueden encontrarse en forma de bebidas, tabletas o polvo, y deben administrarse diariamente o según las indicaciones del fabricante. Además de controlar los factores que dañan las bacterias que viven en el intestino, también existen alimentos para regenerar la flora intestinal que contienen dos aliados para la estimulación y equilibrio de la misma.
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Prebióticos. Sustancias que estimulan el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas, pueden formar parte intrínseca de los alimentos o añadirse a los mismos. Suelen ser carbohidratos no digeribles como lactulosa (proveniente de la lactosa), galactosacáridos (procedentes de la leche mediante tratamientos), fructooligosacáridos e inulina (presentes en el espárrago, cebolla, tomate, plátano y centeno), entre otros.
Probióticos. Microorganismos vivos que promueven el equilibrio de los microorganismos del intestino y potencian el sistema inmunitario, los lactobacilos y bifidobacterias son algunas de las bacterias buenas para la flora intestinal. Suelen encontrarse en yogures frescos y otras leches fermentadas.
Otros alimentos adecuados en la dieta para regenerar la flora intestinal son:

Cereales como arroz y avena.
Frutas como manzanas, peras o ciruelas.
Verduras como zanahorias, apio, brócoli y pimientos.
A fin de tener sistema digestivo saludable, es fundamental cuidar de los microorganismos que viven en los intestinos, pues además juegan un papel importante en la prevención de enfermedades. Mantener una alimentación adecuada y un estilo sano es la mejor manera de darle vida a la flora intestinal.