Trinidad y Tobago: Construirán museo en una prisión

El museo que se va a crear en la prisión de Frederick Street tendrá pinturas locales y reproducciones musicales

El gobierno de Trinidad y Tobago anunció hoy que planifica construir un museo con diversos tipos de obras artísticas suspendida en el aire en una de las primeras cárceles construidas en la capital, Puerto España.

Así lo indicó hoy vía telefónica una portavoz de la oficina de la primera ministra Kamla Persad Bissessar, quien detalló que se trata de una iniciativa de la mandataria para modernizar la capital.

Según explicó, el museo que se va a crear en la prisión deFrederick Street tendrá pinturas locales y reproducciones musicales.

Además, contará con una galería de marionetas gigantes Tan Tan y Saga Boy, creaciones icónicas del reconocido artista trinitense Peter Minshall que son utilizadas a menudo para animar las fiestas nacionales.

Esta idea surge con el objetivo de reformar el casco urbano de la capital mediante la creación de nuevos espacios culturales, entre ellos esta prisión, que en la actualidad sigue en uso, pero, según la citada portavoz, «hay planes de trasladar» a los reclusos a otro centro penitenciario.

Otra área de desarrollo será un centro financiero en la Bahía Invader donde se prevé la construcción de una terminal de ferris, un centro de conferencias, un hotel cinco estrellas, residencias e instalaciones recreativas.

Los próximos comicios generales en las islas caribeñas tendrán lugar el 7 de septiembre. En ellos, Persad Bissessar busca la reelección encabezando la coalición la Alianza del Pueblo, después de haber ganado las anteriores, celebradas en 2010, por un margen de 29 contra 12 escaños.

En este periodo, un personaje trascendental fue Carlos V, quien pese a su conformidad con la Conquista, optó por no repetir el feudalismo e instó desde la monarquía en el otorgamiento de derechos a los indígenas, así como el freno a la ambición de los conquistadores y de la Primera Audiencia a través del envío de virreyes.

El rey observó que el papel de los nobles era fundamental para mantener el orden, así que reconoció la nobleza de los señores autóctonos y algunos de sus derechos y privilegios, aseguró Castañeda.

Tras la muerte del último cuauhtlatoque, el virrey Antonio de Mendoza restituyó la nobleza tradicional y los tenochcas volvieron a administrar Tenochtitlan bajo patrones que María Castañeda infirió como un modelo hereditario colateral único en Mesoamérica. “Se suceden los hermanos y parece que primero gobierna el menor, luego el mediano y después el mayor. A continuación gobernarían los hijos del hermano menor”.

El gobierno de la nobleza indígena de Tenochtitlan finaliza, según cronistas, por un asunto de incesto vinculado con don Pedro Dionisio, quien presuntamente se relacionó con su madre y hermana. Él siguió dentro del cabildo indígena como alcalde, pero nunca llegó a gobernador.

A partir de ese momento, fueron jueces gobernadores quienes tomaron la autoridad y restaron jerarquía a las autoridades indígenas. Sin embargo, fue hasta el ascenso de Felipe II al trono, que la nobleza nativa fue minimizada y obligada a pagar tributo. “Todo esto marcaría un declive de la nobleza en la segunda mitad del siglo XVI”, concluyó la experta.