Fiebre y gripe en el embarazo aumentan el riesgo de autismo

Sufrir gripe o prolongada fiebre durante el embarazo podría elevar el riesgo de que el bebé presente rasgos autistas, según reveló reciente estudio. Descubre aquí cómo una mujer gestante puede prevenir y tratar un cuadro gripal, a fin de proteger su salud y la del futuro bebé.
Durante el embarazo las defensas de la madre podrían dañar al feto
Ciertas sustancias (citocinas) producidas por las células del futuro bebé regulan el sistema inmune de la mujer embarazada para que no se active y evitar algún daño a su pequeño “huésped”. Por ello, el organismo de la gestante es más susceptible a contraer enfermedades frecuentes como la gripe, y experimentar mayores complicaciones en comparación con otras mujeres que no están embarazadas.
Estudio coordinado por la Dra. por Hjördis Ósk Atladóttir del Instituto de Epidemiología y Medicina Social de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, señala que tener una infección hace reaccionar al sistema inmunológico de la madre con el objetivo de neutralizar el peligro, lo cual puede afectar el desarrollo neurológico del feto y favorecer la presencia de autismo.
Aunque los autores de este análisis reconocieron que el estudio requiere una investigación adicional para ratificar sus resultados, encontraron que:
Niños cuyas madres informaron haber usado antibióticos durante el embarazo tenían pequeño riesgo de sufrir autismo.
El riesgo de ser diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista (TEA) antes de los tres años era el doble si la madre había padecido influenza o gripe prolongada.
El riesgo se elevaba al triple en casos de mujeres que tuvieron fiebre con duración superior a una semana.
Para controlar fiebre y gripe, lo primero es acudir al médico.
El embarazo es condición especial y no puedes recurrir a los medicamentos antigripales que tomarías en cualquier otro momento. Por tanto, en cuanto detectes las primeras molestias que produce la gripe, como escalofrío repentino, dolor corporal, de cabeza o garganta, fiebre que puede subir hasta 38.5 o 39.5 °C y tos, debes acudir al médico para recibir diagnóstico certero e indicaciones sobre el tratamiento más adecuado de acuerdo a tu caso específico. Adicionalmente, en casa puedes:
Tomar abundantes líquidos. Especialmente si tienes fiebre, lo que te permitirá evitar la deshidratación; además, los líquidos ayudan a mantener las heces blandas para que resulten más fáciles de expulsar.
Hacer vaporizaciones. Inhalar vapor puede facilitar a tu organismo despegar secreciones de las vías respiratorias y reducir la opresión en el pecho.
Cuidar tu dieta. Procura comer alimentos nutritivos como fruta, verduras, tostadas de pan integral o leche. Al mismo tiempo, los jugos de frutas ricos en vitamina C (de naranja o mandarina, por ejemplo), te ayudarán a combatir la infección.
Descansar.
Duerme la siesta cuando sientas necesidad y no te levantes de la cama, ni vayas a trabajar hasta sentirte completamente recuperada. Guarda reposo y evita esfuerzos, al menos hasta 24 ó 48 horas después de que la temperatura corporal haya vuelto a la normalidad.
¡Más protección contra gripe, para mujeres embarazadas!
Nunca está de más practicar medidas adicionales para proteger tu salud y la del futuro bebé:
Si estás embarazada o planeas hacerlo, es recomendable que recibas la vacuna antigripal para prevenir cualquier complicación que pudiera ocasionar daños a ti y al bebé. Evita acudir a lugares concurridos, por ejemplo, cine o teatro, ya habrá tiempo después para visitarlos.
Si algún familiar contrae gripe, evita estar en contacto con él hasta que supere el trastorno.
No compartas utensilios (cucharas o tazas, por ejemplo) o alimentos con familiares o compañeros de trabajo.
Lleva siempre en tu bolsa desinfectante de manos y utilízalo con frecuencia durante el día.
Además de seguir las indicaciones del médico, estas simples medidas te ayudarán a evitar un cuadro de gripe o bien, a superarlo más rápido.