Gastritis, inflamación y desgaste del estómago

Es la inflamación y desgaste de la mucosa del estómago, la cual normalmente resiste la irritación causada por los ácidos digestivos y los provenientes de algunos alimentos.
El daño se produce cuando la mucosa es invadida por bacterias (Helicobacter pylori), si el organismo produce anticuerpos que la atacan, o bien, si hay consumo excesivo de comida irritante. Afecta a niños y adultos, puede ser de aparición repentina (aguda) o desarrollarse paulatinamente (crónica) y presentarse de forma moderada o grave.
Gastritis bacteriana. Generalmente es consecuencia de una infección por microorganismos como el Helicobacter pylori (bacteria que crece en las células secretoras de moco del revestimiento del estómago). Dicho crecimiento bacteriano puede causar un efecto pasajero o persistente.
Gastritis erosiva crónica. Se produce como respuesta al consumo excesivo de ciertos medicamentos, alimentos (que contengan picante, condimentos y grasa), bebidas alcohólicas, refrescos con gas, o bien, ingesta accidental de sustancias tóxicas, como productos de limpieza o veneno. Gastritis eosinofílica. Puede resultar de una reacción alérgica a una infestación de gusanos.
En ésta, un tipo de glóbulos blancos (componentes de la sangre que se encargan de defender al organismo de infecciones) llamados eosinófilos se acumulan en la pared gástrica, produciendo inflamación e irritación en la mucosa del estómago.
Gastritis atrófica. Se genera cuando el organismo crea anticuerpos que atacan el revestimiento mucoso del estómago, provocando su adelgazamiento y pérdida de muchas o de todas las células productoras de ácido y enzimas.
Este trastorno afecta generalmente a personas de edad avanzada y a quienes se les ha eliminado, mediante cirugía, una parte del estómago.
Puede causar anemia porque impide que el cuerpo reciba la vitamina B12 presente en alimentos (responsable de regenerar los glóbulos rojos, los cuales se encargan de transportar el oxígeno a la sangre). Enfermedad de Ménétrier. Es un tipo de gastritis de origen desconocido.
En ésta, las paredes del estómago desarrollan pliegues grandes y gruesos, así como quistes llenos de líquido. Cerca del 10% de los afectados desarrolla cáncer en este órgano.
Gastritis por Células Plasmáticas. Es de origen desconocido y se caracteriza por acumular en las paredes del estómago un tipo de glóbulos blancos (elementos de la sangre que defienden al cuerpo de infecciones) llamados células plasmáticas, lo cual desgasta e inflama la mucosa estomacal.
Causas
Bacteria Helicobacter pylori, que se adquiere al consumir agua o alimentos contaminados, o por falta de higiene (no lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño, por ejemplo).
Consumo de alcohol, café, tabaco y alimentos con alto contenido de grasas, picante y condimentos.
Ingesta accidental de sustancias tóxicas, como productos de limpieza y veneno.
Ayunos por periodos prolongados.
Ataque de anticuerpos a la mucosa del estómago.
Estrés.
Radioterapia, pues los altos niveles de radiación que se emplean en esté método terapéutico irritan, desgastan e inflaman las paredes estomacales.
Síntomas
Ardor, dolor e inflamación estomacal.
Indigestión.
Pérdida del apetito.
Sensación de estómago vacío.
Agruras.
Eructos.
Hipo.
Náuseas.
Vómitos, en los casos más graves con sangre.
Cuando la persona se encuentra en una etapa muy avanzada de la enfermedad pueden aparecer úlceras. En este caso, es común que haya heces oscuras, que denotan hemorragias internas.
Diagnóstico
Observación de los síntomas antes descritos.
Se aplica un cuestionario al paciente para conocer sus hábitos y estado emocional, con el fin de determinar la causa.
Análisis de sangre.
A través de endoscopía, que es la observación directa de los órganos del aparato digestivo mediante una cámara que se introduce al cuerpo del paciente.
Prevención
Comer tres veces al día, procurando hacerlo siempre a la misma hora.
Seguir una dieta balanceada.
Lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño.
No consumir agua ni alimentos de dudosa procedencia.
Evitar ayunos por periodos prolongados. Controlar el nerviosismo y el estrés. Se recomienda tomar tranquilizantes naturales que se venden sin receta.
Reducir el consumo de alcohol y tabaco.
Puede recurrirse a productos de venta libre que ayudan a controlar el deseo o la ansiedad por fumar (síndrome de abstinencia). Consumir productos con fibra y enzimas que ayuden al funcionamiento del aparato digestivo, como algunos complementos alimenticios de libre acceso formulados con productos naturales. Si es difícil establecer una rutina para comer en un horario fijo y se sufre de acidez estomacal, existen en el mercado numerosos antiácidos que pueden aliviar el malestar.
Tratamiento
Es recomendable el uso de antiácidos para ayudar al restablecimiento de la mucosa que cubre al estómago y proteger las zonas afectadas por los jugos gástricos.
Consumir productos con enzimas y fibra que contribuyan al buen funcionamiento del estómago e intestinos.
Eliminar de la dieta alimentos irritantes o de difícil digestión, es decir, aquellos que contienen grasa, chile y condimentos.
Evitar el consumo de alcohol y tabaco.
Evitar el nerviosismo y estrés. Ello puede lograrse con la ayuda de tranquilizantes naturales.
Tener un horario fijo de comida.
Comer despacio y masticar bien los alimentos para que el proceso de digestión sea el adecuado.
Es recomendable tomar infusiones de hierbas, pues algunas tienen efectos benéficos en la digestión.
En muchos casos será necesario tomar medicamentos más agresivos que sólo el gastroenterólogo podrá prescribir.
Si se descuida la atención a esta enfermedad pueden originarse lesiones mucho más severas, como úlceras.