Asaltó, quedó paralítico y lo hallan muerto

A 15 días de ingresar al Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, Jorge Eduardo “N”, de 28 años, el presunto delincuente de Constituyentes, falleció en la Torre de Médica de Tepepan debido a una complicación pulmonar.

Este personaje cobró notoriedad después de que la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) difundió imágenes de cuando un agente de la Procuraduría capitalina le da un balazo en la columna vertebral en el momento en el que intentaba robar el reloj a un conductor sobre la avenida Constituyentes el pasado 10 de junio.

Fuentes al interior del Sistema Penitenciario capitalino confirmaron que el deceso de Jorge Eduardo ocurrió este miércoles a las 15:02 horas a consecuencia de una probable tromboembolia pulmonar en el Hospital Torre Médica de Tepepan; aparentemente su cuerpo no resistió las esquirlas de bala que se quedaron en su cuerpo después del impacto de bala que recibió.

El convicto ingresó al Reclusorio Preventivo Varonil Oriente el pasado 17 de junio tras permanecer una semana en la Cruz Roja de Polanco, lugar al que llegó inmediatamente después de que el agente de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal impidiera, en cumplimiento de su deber, que junto con otros dos cómplices que aún son buscados por la autoridad investigadora, perpetraran el robo en una vialidad primaria al poniente de la ciudad.

Del nosocomio salió inválido, pues aunque los médicos lo intervinieron quirúrgicamente en dos ocasiones para tratar de recuperar la movilidad en sus piernas, el impacto fue certero y le destrozó dos vertebras y la médula, incluso, cuando fue recluido al centro penitenciario, los médicos lo dieron de alta, asegurando que ya no presentaba complicaciones de gravedad, por lo que fue recibido sin problemas por el Sistema Penitenciario local.

En el reclusorio, desde su ingreso, Jorge Eduardo “N” recibió las atenciones médicas necesarias, sin embargo, presentó algunas complicaciones a raíz de las operaciones y permaneció en la torre médica, por lo que los doctores que dependen de la Secretaría de Salud de Gobierno del Distrito Federal (Sedesa) lo trasladaron a este nosocomio donde, sin embargo, ya no pudieron hacer nada por él.

Jorge Eduardo era investigado incluso por la Procuraduría General de la República (PGR) por diversos delitos que iban desde el robo agravado, principalmente de autos y relojes de lujo, hasta teléfonos celulares y la extorsión en la zona limítrofe entre el Distrito Federal y el Estado de México, donde operaba, según la Procuraduría capitalina, junto con otros cinco cómplices en toda la zona poniente de la ciudad.

Su detención, que fue de manera espectacular por la manera en la que el agente de la PGJDF impidió el robo que estaba perpetrando, desató el aplauso de la ciudadanía, pues todos avalaban el actuar el policía de investigación que no tuvo otra opción para detener al delincuente.

Este medio de circulación nacional, registró los testimonios de sus familiares quienes revelaron que Jorge Eduardo “N” se dedicaba a delinquir desde hace varios años por “necesidad”, incluso su madre detalló que cuando se dio cuenta de que su hijo era un delincuente no tuvo el valor de denunciarlo a la policía aunque, —tras el incidente—, dijo que su hijo “se lo merecía por andar en malos pasos”.

A Jorge Eduardo le sobreviven tres hijos y su esposa.