Música, esencial para la cohesión social: Científicos

La música tiene algunos rasgos comunes en todo el mundo cuya función principal sería unir a la gente y afianzar los grupos, como si de un «pegamento social» se tratara, según un informe que publicó la revista estadounidense Proceedings of the Nacional Academy of Science (PNAS)
A pesar de décadas de escepticismo sobre la existencia de aspectos universales en la música de todas las culturas, un estudio de la Universidad de Exter y la Universidad de las Artes de Tokio proporciona «fuertes evidencias» de la existencia de rasgos comunes.
Así, canciones de todo el mundo tienden a compartir algunas características, por ejemplo un ritmo fuerte, que posibilita la coordinación en situaciones sociales y favorece la unión de grupo.
El doctor de la Universidad de Exeter Thomas Currie indicó que el estudio ayuda a explicar por qué los humanos hacen música.
«Los resultados muestran que las características más comunes que se ven en música de todo el mundo se relacionan con cosas que permiten a las personas coordinar sus acciones y sugieren que la principal función de la música es unir a la gente y afianzar los grupos sociales, puede ser como un pegamento social», indicó,
«En Occidente, a veces podemos ver la música como individuos expresándose o mostrando su talento, pero a nivel mundial tiende a ser más un fenómeno social. Incluso aquí lo vemos en los coros de las iglesias o en el canto de los himnos nacionales». En países como Corea del Norte también se pueden ver ejemplos extremos de como la música y el baile en grandes grupos puede usarse para unir y coordinar grupos, indicó.
Los investigadores analizaron 304 grabaciones de diversos estilos musicales procedentes de todo el mundo para identificar los rasgos comunes. Aunque no encontraron rasgos universales absolutos, sí hallaron docenas de características que estaban siempre presentes en la mayoría de canciones en relación con el tono y el ritmo, así como un contexto social. Los resultados señalan que ritmos basados en dos o tres compases estaban presentes en todas las regiones analizadas -América, Europa, África, Oriente Medio, sur y este de Asia y Oceanía.
El director del estudio y doctorando de la Universidad de Artes de Tokyo Pat Savage señaló que antiguamente los occidentales creían que sus escalas eran universales, pero cuando se dieron cuenta de que otras culturas tenían ideas muy diferentes sobre las escalas, eso llevo a algunos a concluir que la música no tenía nada universal, lo que para Savage es «sencillamente una tontería».
El estudio señala que, a pesar de la gran diversidad, la mayor parte de la música en todo el mundo se basa en unos cimientos básicos muy parecidos y realiza funciones similares que, principalmente tiene que ver con unir a las personas. «Mi hija y yo estábamos cantando, tamborile-ando y bailando juntos meses antes de que empezara a decir sus primeras palabras. La música no es un lenguaje universal, pero nos permite comunicarnos sin lenguaje», señaló.