La madre estadounidense Samantha Johnston, de 25 años de edad, dejó a sus tres hijos en Carolina del Norte para ayudar a las tropas kurdas en la lucha contra el Estado Islámico en Irak. Ella cuenta algunas de sus experiencias en su perfil de Facebook.
«Yo decidí venir a la pelea porque sentí que era mi deber», dijo Johnston en una entrevista con el medio The Times. Ella se unió a la milicia de forma voluntaria y asegura que se siente como en casa.
La joven sirvió en el ejército norteamericano entre 2008 y 2011. En esa época se desempeñó como ingeniera geoespacial.
Es divorciada, tiene un hijo de cinco años de edad y dos gemelos de tres. Comparte en Facebook fotos de sus familiares vestidos como militares y sus posts son populares en sitios web sobre noticias kurdas.
Johnston se sintió sumamente triste cuando fue al aeropuerto, derramó lágrimas y casi cambió de opinión. Sin embargo, decidió viajar porque no podría mirar a la cara a sus hijos y decirles que no hizo nada para ayudar a las familias desamparadas de su destino.
Cuenta que planea fundar a su regreso una organización humanitaria que pueda seguir ayudando a la comunidad kurda. En una de sus fotos de Facebook aparece repartiendo bocaditos a niños en Irak. «Estoy con gente increíble y me encanta estar aquí», añade en otro post.
La joven contó que comenzó a investigar sobre el conflicto luego de que el EI arrasara partes de Irak y Siria en 2014, aterrorizando a la minorías religiosas y étnicas.